8 elementos clave a la hora de seleccionar un banco

Cuando eliges una entidad financiera con la que trabajar, lo normal es que busques al mejor proveedor de recursos financieros, es decir, a aquel que solucione las necesidades financieras de tu empresa en las condiciones más ventajosas.

En este sentido, conviene analizar el mayor número posible de entidades, sin que la decisión se base únicamente en lo conocido que pueda ser un banco de antemano. Piensa que en el mercado financiero actual existe una gran competencia por captar el negocio de pequeñas y medianas empresas, donde ya no solamente ofertan sus productos y servicios las entidades tradicionales, sino también nuevos actores como las plataformas fintech, que buscan cubrir las necesidades financieras de las empresas en determinados nichos.

Evidentemente esta selección de entidades financieras está fuertemente condicionada por las características y necesidades de la empresa, tales como la etapa de vida en la que se encuentra (reciente creación, expansión, recesión, etcétera) o el tipo de actividad realizada, ocurriendo que en ocasiones, cuando las entidades atribuyen al proyecto empresarial un mayor riesgo, como por ejemplo al principio de la actividad, se ha de trabajar con los bancos que se puede más que con los que se quiere. Teniendo en cuenta este aspecto, y siempre que se pueda, interesará analizar una serie de elementos clave a la hora de seleccionar a un banco.

1. Coste

Es un factor esencial; en él habrá de incluir la suma de intereses y comisiones. Los intereses dependerán del tiempo, del volumen de capital y del tipo fijado, mientras que las comisiones (cantidades que las entidades financieras cobran como contraprestación a los servicios que prestan) dependerán del volumen de recursos utilizados, expresándose como un porcentaje o una cantidad fija. Estas deben responder a servicios efectivamente prestados y que hayan sido solicitados o aceptados por la empresa.

Hay que tener en cuenta que el importe que te puede cobrar el banco en concepto de comisiones es libre, salvo en aquellas operaciones donde están limitadas legalmente, como por ejemplo en las amortizaciones anticipadas de préstamos hipotecarios.

2. Oferta

Interesará trabajar con bancos que cuenten con una oferta variada de productos y servicios por si los tuvieras que necesitar en algún momento. Es cierto que las ofertas bancarias son cada vez más homogéneas, pero todavía es posible encontrar diferencias entre ellas.

3. Especialización  

Unido al punto anterior es importante que trabajes con entidades financieras cuya especialización coincida con tus necesidades. Por ejemplo, si estás al frente de una pequeña empresa agrícola, puedes encontrar que una caja rural entiende mejor tu negocio. Por su parte, si te dedicas a la exportación de bienes industriales, una entidad especializada en comercio exterior -que cuente con una amplia red de oficinas a nivel mundial- puede que responda mejor a tus intereses.

4. Cumplimiento normativo

Conviene trabajar con entidades financieras que cumplan los requisitos de capital a los que están sometidas, así como el resto de normas que regulan su actividad. Ante dudas sobre estos aspectos, es aconsejable visitar la web del Banco de España, para conocer la situación de una determinada entidad financiera.

 

5. Banca digital

En un mundo digital como el que vivimos es importante que la entidad financiera que elijas ofrezca sus servicios financieros a través de canales no presenciales (ordenador, teléfono móvil, tablet, etcétera) de forma completa, segura y eficiente.

6. Agilidad y sencillez operativa

Resulta fundamental que la tramitación de operaciones bancarias sea ágil y sencilla. En este sentido, has de valorar la ausencia de tiempos muertos en las gestiones que realizas, tanto de forma presencial como a distancia.

7. Atención personalizada

Como ocurre con el resto de proveedores, has de tener la sensación de que el banco se preocupa por tus necesidades y por las operaciones que realizas. En este punto, adquiere una importancia fundamental la actitud que mantengan los gestores bancarios asignados a la empresa.

 

8. Transparencia y fiabilidad

La información que te haga llegar la entidad financiera sobre las operaciones contratadas ha de ser fácilmente entendible y, sobre todo, responder a las condiciones que se hayan pactado de antemano.

Es cierto que algunos de los elementos anteriores solamente pueden valorarse correctamente cuando se lleva cierto tiempo trabajando con un banco y no desde el momento inicial, pero en función del resultado que arroje su comprobación, se puede decidir ampliar o no el negocio con la entidad financiera.

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