La metamorfosis del mercado laboral como consecuencia de la transformación digital de la economía plantea nuevos retos a los trabajadores actuales y futuros, quienes deben prepararse ante la irrefrenable revolución tecnológica.
Y en este contexto, han surgido algunas iniciativas que emplean metodologías disruptivas para dotar a las personas de las capacidades y habilidades más demandadas en un mundo en constante proceso de cambio. Es el caso de 42 Madrid, de Fundación Telefónica, un campus de programación a la par que una academia de valores, de actitud y de aprendizaje de habilidades duras y blandas.
En palabras de Inés Temes, su responsable, 42 Madrid es “una actitud ante la vida, una forma de asumir los retos, es motivación y aprender a aprender”.
En estas mismas páginas, hace apenas unos meses, Juan Carlos Cubeiro defendía que “el talento será el auténtico motor de la economía”, asegurando asimismo que para aprender hay que desaprender y reaprender, olvidar lo que no funciona y salir de la zona de confort, aprovechando la tecnología sin dejar que esta decida por ti.
Una metodología pionera: sin profesores ni libros
Y es que del aprendizaje depende no solo el porvenir de los trabajadores, sino también de las empresas. Pues bien, en 42 destaca fundamentalmente su metodología pionera basada en la gamificación y el aprendizaje entre pares: no hay profesores ni libros ni aulas. Abre 24 horas al día los 7 días de la semana, permitiendo a cada alumno seguir el ritmo de su propio aprendizaje, y es presencial.
“Es gratuito, no hace falta formación previa ni titulación alguna y la inscripción está permanentemente abierta”, apostilla Inés Temes.
La compañía aspira a preparar a la sociedad para las nuevas profesiones digitales que demanda el mercado laboral. Pero, ¿cómo nace la idea?
“42 surge en 2013 en París, de la mano de Xavier Niel, ante la dificultad para encontrar los perfiles digitales que necesitaba para su empresa. Cuando conocimos esta metodología tan diferente y disruptiva, no dudamos en traer el modelo a España”, relata su responsable.
Una red mundial
En Madrid, ocupan un espacio de 5.000 metros cuadrados en el corazón de Distrito Telefónica, al norte de la capital, continuando así con su apuesta de décadas por la educación y siendo catalizadores de la innovación.
Sin embargo, más de 30 campus conforman una red mundial muy ágil que busca adaptarse a los requerimientos del mercado laboral; es decir, tecnología, big data, ciberseguridad, aplicaciones, inteligencia artificial…
Aprender a buscarse la vida
En 42, además de desarrollarse habilidades técnicas como lógica, matemáticas o programación, los estudiantes adquieren habilidades más transversales como trabajo en equipo, creatividad, rigor o tolerancia a la frustración.
“La metodología fomenta valores como la humildad, el trabajo colaborativo o la ética. Nuestros estudiantes tienen la capacidad de buscarse la vida y son muy generosos a la hora de compartir conocimiento con los demás, ya que experimentan que la única forma de avanzar es en equipo y esto para nosotros es muy importante”, manifiesta Temes.
Las claves del modelo de formación de 42 Madrid
La responsable de 42 Madrid afirma que la variedad de nacionalidades, perfiles y contextos genera un ecosistema y una riqueza muy interesantes.
“Desde Fundación Telefónica estamos comprometidos con esa diversidad y con el papel que juega la mujer en áreas técnicas y digitales. A las mujeres que piensan que la tecnología no es para ellas, les diría que el mundo necesita abogadas digitales, biólogas digitales, periodistas digitales y que no tengan miedo a dar un giro a su carrera y reinventarse”. Y añade un dato: “en 42 tenemos un 100% de empleabilidad”.
Gamificación y peer to peer
Empollarse la lección para después recitarla de carrerilla, tras horas y horas hincando los codos sobre montañas de folios, parece una historieta del pasado. Como lo puede ser cualquiera de las que nos cuenten nuestros más directos antepasados sobre sus trabajos y empresas.
Los procesos de formación han cambiado, al igual que lo han hecho las formas de trabajar. Y en este contexto, Inés Temes se muestra convencida de que la motivación y la emoción son claves, así como de que la gamificación y el aprendizaje entre compañeros contribuyen a generar esa motivación extra para superar cualquier reto que se propongan los estudiantes.
“Ellos deciden qué, a qué ritmo y con quién quieren aprender. Nosotros, en 42, solo facilitamos el camino con una metodología y un entorno concebido como un videojuego, que cuenta con un sistema de puntos, retos, recompensas, desafíos y diferentes niveles que aumentan la implicación y el compromiso”, remarca.
Retos para el futuro
La pandemia ha puesto de manifiesto la imprevisibilidad de un mundo en constante evolución, plagado de una incertidumbre que hace saltar por los aires cualquier bolita de cristal con la que se pretenda atisbar el futuro.
Ya lo dejó por escrito Charles Darwin: “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente. Es aquel más adaptable al cambio”.
Y para adaptarse, e incluso para anticiparse a los cambios más evidentes, serán fundamentales la formación y el reciclaje de capacidades y habilidades.
Inés Temes sostiene que continuarán conectando las empresas con el talento digital que hay en 42 y preparando a los estudiantes para enfrentarse a lo desconocido con confianza, flexibilidad y, sobre todo, actitud.
El campus de Madrid abrió sus puertas en septiembre de 2019, cuenta ya con más de 400 estudiantes y confía en llegar a 1100.
42 Madrid ha sido el primer campus inaugurado en España, seguido recientemente por el de Urduliz, en Vizcaya. Y la segunda mitad de este año se abrirán los campus de Barcelona y Málaga.
“Queremos seguir creciendo y siendo un referente en innovación para las generaciones más jóvenes y para todos aquellos que se atreven a construir el futuro”, concluye la responsable de 42 Madrid.
Foto: Fundación Telefónica