No vender en la Red significa perder oportunidades de negocio. Si estás dando vueltas a la idea de montar una tienda virtual, adelante, pero ojo, no es raro hablar con empresas que no han conseguido hacer ni una venta en su flamante tienda online.
Que no te pase a ti. ¡Haz una planificación realista de tu proyecto!
1. Piensa dónde están tus clientes
Ten en la cabeza el valor que puedes aportar a los clientes que ya tienes y dónde estarían los nuevos usuarios que esperas conseguir. Reflexiona sobre cuál va a ser el coste de atraerlos y cuánto tiempo vas a necesitar. Saber cuánto potencial puedes captar es el primer paso para que te salgan las cuentas.
Igual que en el mundo real, tener una tienda no es suficiente. Necesitas un buen escaparate, una web donde presentarte, un buen vendedor, un blog donde asesorar e informar de novedades y que actúe el boca a boca, integrando las redes sociales en el proyecto.
2. Analiza qué hacen tus competidores
Consulta qué hacen tus competidores actuales. Pero también qué nuevos competidores aparecen al jugar en esta “otra liga”. A veces están donde menos lo esperas. Estudia sus precios, los gastos de envío, cómo gestionan las devoluciones… Analiza si estás en condiciones de competir con unas mínimas garantías de éxito.
3. Ten en cuenta los aspectos legales
Para abrir una tienda online en España, hay que cumplir con la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico en España (LSSICE) y con la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD). Esto implica que debes redactar un aviso legal, facilitar al cliente información detallada sobre el proceso de contratación electrónica y tener una política de privacidad para manejar ficheros con información de carácter personal. Infórmate y valora contratar una gestoría especializada para que te ayude. Cuidado, porque te expones a sanciones que van desde 600 hasta 600.000 €.
4. Organiza tu catálogo
Una tienda online, al igual que hace un buen vendedor, tiene que guiar al cliente en su compra. Una sucesión a “piñón fijo” de todos los productos no es ninguna guía. Identifica primero cuál es la organización de productos más simple, atractiva y eficaz para tu cliente y no olvides tener a mano un buen buscador.
Presenta tus productos con fotografías reales y distribúyelos de forma que puedas explicar bien las características principales. Coloca los precios visibles, sin trampas. Y, por supuesto, destaca tus promociones indicando siempre el precio no rebajado.
La experiencia de usuario es fundamental. Hay muchas herramientas, busca un buen formato donde combines una presentación atractiva con una navegación fluida. No olvides diseñar un buen formulario para solicitar más información.
5. Da voz a tus clientes
Internet cambia las relaciones, nos fiamos de las opiniones de otros usuarios tanto como de las de nuestros amigos y conocidos. Anima a tus compradores a dejar sus comentarios y coloca bien a la vista cualquier enlace que incentive la búsqueda de más información. Facilita a tus clientes el que puedan compartir información sobre tus productos y servicios.
6. Ojo a los medios de pago
Cuando llega “la dolorosa”, momento crítico donde los haya, elige sólo mecanismos de pago seguros. Y ten en cuenta que, seguridad aparte, cada cliente tiene sus propias manías y preferencias.Es esencial que tu tienda disponga de varias formas de pago: con tarjeta, transferencia bancaria, contrarreembolso. Aunque no lo hayas usado nunca, valora incluir PayPal, que por algo es la web líder mundial para el pago a través de Internet en pequeños comercios. Y estudia opciones como los cupones prepago.
Analiza los pros y los contras. Y sobre todo los costes y servidumbres, para ti, asociados.
7. No te líes en la entrega
El gran reto de las tiendas virtuales que trabajan con productos físicos es gestionar los envíos. Los ciberclientes pueden ser exigentes, pero puede que tú no seas Amazon.
Planifica cómo vas a llevar a cabo la gestión logística de los pedidos online. Piensa si la puedes abordar con tus medios actuales. Valora externalizar la logística a una empresa especializada, que además de hacer los envíos, puede proporcionarte un sistema de seguimiento, el cálculo online de los costes de envío o el control del stock online.
Si lo vas a hacer tú mismo, asegúrate de que tienes producto disponible antes de cerrar cada pedido y, sobre todo, indica con total claridad cuál es el plazo previsto para la entrega, aunque sea largo. Es preferible no hacer una venta a tener una devolución. Y, por supuesto, incluye el coste del transporte en el montante total del pedido. Indica claramente cuál es tu política de devoluciones y da facilidades. Trabaja con el “si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero”.
8. No escatimes en elementos de seguridad
Lucha contra la desconfianza que aún tienen los consumidores en la venta por Internet. Como elemento clave, tu web debe tener una conexión segura. Instala certificados SSL, que codifican los envíos de datos a través de tu tienda online de forma que, aunque alguien los intercepte, no podrá utilizarlos al estar cifrados.
Cuenta con las mejores pasarelas de pago. Valora elementos adicionales de seguridad que impidan el robo de la información de tus clientes.
9. Destila confianza
Tan importante como ofrecer elementos de seguridad en el pago es proteger los datos de todos los clientes y garantizar que sólo los usarás para el fin para el que te fueron suministrados.Y como la mujer del César, no basta con que seas de confianza, recálcalo a lo largo y ancho de tu tienda. Sobra decir que cuanto mayor sea la confianza, mayores serán las ventas.
Valora unirte a asociaciones que potencian y desarrollan el sector mediante la creación de sellos de confianza y buenas prácticas (Confianza Online) o garantizando la calidad del servicio de las empresas asociadas (Federación de Comercio Electrónico y Marketing directo). Ten en cuenta que la asociación normalmente es a través de una cuota.
10. Haz un presupuesto que incluya todos los costes
No tengas en cuenta sólo el coste del diseño. No olvides hacer bien las cuentas y sumar todos los gastos: dominio y hosting, plantillas, aunque las haya gratuitas, medios de pago, elementos de seguridad, catalogación, costes de posventa, etc.
Compara con los ingresos potenciales y deduce si te salen las cuentas. O mejor, trabaja bien tu proyecto para que te salgan.
Sí, todo esto lleva tiempo, por eso, no quería finalizar el artículo sin antes dar como una alternativa más, la posibilidad de buscar ayuda a través de soluciones desarrolladas para la creación de tiendas virtuales por empresas especializadas, como la solución de Movistar ‘Tu Tienda en Internet’, la cual permite crear fácilmente tu tienda online y aumentar tus ventas, llegando a clientes en todo el mundo y adaptada a las necesidades específicas de tu negocio.
Foto: SEOPlanter