Si tienes claro que el consumo de vídeo es uno de los grandes atractivos de Internet, ¿por qué tu empresa renuncia a utilizar el vídeo marketing? Es cierto que la revolución digital navega en un océano de incertidumbres, pero una de las pocas certezas que tenemos es que la influencia de las imágenes en movimiento no deja de crecer, y lo seguirá haciendo: para los jóvenes de entre 14 y 19 años es el medio más utilizado para acceder al contenido, y lo hace por encima del 90%, según el estudio La Sociedad de la Información en España de Fundación Telefónica.
Ya se ubiquen en la home, en la sección ‘qué ofrecemos’ o ‘quiénes somos’, los vídeos publicados en las webs de empresa tienen en común el convertirse en uno de los recursos más visitados. Además, el vídeo ofrece una imagen dinámica, genera confianza y ayuda a entender la oferta: el 77% de los consumidores considera que genera mayor engagement con la marca, según datos de la empresa Animoto; si os interesa más estadística podéis encontrarla en esta infografía que analiza el impacto del vídeo en la pyme.
La fuerte demanda de producción de vídeo ha generado en el mercado soluciones más o menos estandarizadas que permiten hacerse con una pieza sencilla desde tan solo 95 euros. Es la oferta más básica de Visual Services, que ofrece piezas más elaboradoras desde unos 300 euros. Con su fundador, Alberto Bernal, hemos conversado para saber cómo una pequeña empresa puede dar sus primeros pasos en vídeo marketing, teniendo claro que debe respetar la regla de oro: el vídeo debe impactar en sus primeros segundos.
Para qué
Su producción puede responder a muchos motivos, lo primero que hay que conocer son los diferentes modelos de vídeos que se ofrecen para su exhibición en la Red. Buscando la simplicidad, los hemos reducido a cuatro, teniendo muy presente que en el caso de una pyme, en la mayoría de los casos, el vídeo es un soporte de venta:
- Vídeo institucional o corporativo: el que da a conocer los valores, misión, equipo humano y trayectoria de la empresa.
- Vídeo promocional: incentiva el conocimiento y las ventas de un producto o servicio concreto o el total de la oferta; es el caso de un vídeo catálogo.
- Vídeo promocional de eventos: divulga una acción concreta, como un concurso, congreso, feria, etc.
- Vídeos tutoriales: resuelven necesidades comunes a una mayoría (como arreglar una silla que cojea) o a un grupo identificado como target (receta de gazpacho para celiacos).
Para quién
«Cuanto más identificado tengamos el perfil del receptor, más efectivos podremos ser», es una de las recomendaciones clave de Bernal.
Qué vamos a contar y cómo
Centrarnos en una única idea, sobre todo en el caso del vídeo promocional, y responder a la curiosidad que ha llevado a ese usuario a reproducir el vídeo son los objetivos. En opinión de Bernal, lo más habitual es que el vídeo plantee un problema para luego ofrecer una solución. Otra de sus advertencias se refiere a ese tipo de producto o servicio que por su novedad aún no es identificable por el público objetivo, «en esos casos debemos centrarnos en darlo a conocer y explicar su uso».
El guión
Una vez elegidos el modelo de vídeo y el público e identificada la idea clave deberemos ponernos a trabajar en el guión, sin olvidar la premisa de centrarnos en una o dos ideas: «Es un error muy común pensar que ya que se hace el vídeo, vamos a contarlo todo». Algunas empresas prefieren ser ellas mismas quienes lo realizan, pero siempre conviene contar con el apoyo de los profesionales. En esta fase, la creatividad y la sencillez son básicas, se deberán volcar tanto en la redacción de la locución (si la hay), la elección de los planos que se van a mostrar (de la empresa, el producto, el equipo humano, animaciones o cualquier otro recurso) y la sobreimpresión de textos o apoyos gráficos que pueda incluir.
La regla de los cinco segundos
«Son críticos. Si no impactamos en los primeros segundos, el usuario dejará de verlo». Generar una promesa en ese tiempo es en opinión de Bernal una buena forma de retenerlo, pero recomienda no olvidar otros activadores de interés como el humor, utilizar un buen personaje para dar hilo conductor al vídeo o una buena banda sonora. En la elección de este último punto conviene prestar especial interés, ya que es un elemento muy influyente en el resultado final .
No todo vale
Por la sensación que el vídeo produzca, el receptor se hará una idea de la empresa que le interesa. Ese encomiable afán de ahorro que caracteriza a la pyme no es muy recomendable en esta materia: la calidad de las fotos y grabaciones utilizadas para mostrar el producto o los recursos humanos deben trasladar confianza, lo que no se consigue cuando el material es mediocre. Bernal recomienda «invertir dinero y tiempo, pero sobre todo ser consecuente»: utiliza solo los recursos de calidad, la imagen de tu empresa va en ello.
El empresario como protagonista
Otra tentación habitual es la del empresario que decide convertirse en imagen de su marca. Todos conocemos grandes ejemplos de hombres-marca, transmiten credibilidad y confianza, dos valores que -por desgracia- no están al alcance de las habilidades de comunicación de una mayoría: sé realista.
La duración
Dependerá del uso y ubicación del vídeo en la web. Cuando es de tipo comercial o de presentación y se ubica en la página principal o en la pestaña de productos, la recomendación general es la de la brevedad: de 20 a 90 segundos. En el caso del institucional, ubicado en la sección ‘quiénes somos’, puede prolongar su metraje, ya que se presupone un interés extra al usuario que ha llegado hasta ahí, lo mismo que sucede en los vídeos tutoriales.
La distribución, el gran reto
Imposibles de abordar en un único post las diferentes técnicas de viralización del vídeo, pero conviene tener muy presente que si no se trabaja este complejo y último punto, los resultados serán modestos. Bernal afirma que «conseguir 5.000 o 10.00 vistas en el primer mes no es tan difícil». La cifra no es desdeñable si se produce en el área de influencia de la pyme. Por supuesto, el éxito pasa por contar con unas redes sociales activas, un blog de interés e invertir en promocionarlo en redes como Facebook o Youtube. Eso sí, antes de nada es básico que tu vídeo cuente algo de interés, y lo haga con originalidad desde el primer segundo.
Foto: Daniel Lee