Estamos en el momento ideal. Aparecen listas, ideas, sugerencias y propuestas para leer en vacaciones. Pero no me convence casi ninguna de esas listas por una sencilla razón: creo que el periodo vacacional debe contribuir a despejar la mente, a desconectar de las rutinas de trabajo y a pensar en nuevas ideas. Por eso, mi lista de libros para el verano es diferente y no incluye los típicos de empresa. No es el momento. En cambio, os propongo siete libros excelentes que se pueden leer en cualquier momento del año. Pero el inventario tiene truco. Detrás de cada obra, hay lecciones que aprender.
El Padrino, de Mario Puzo. No podía empezar por otro. Es el gran libro de la gestión de empresas familiares. «No es en absoluto una película sobre la mafia. Es una película sobre la inteligencia corporativa. En cierto modo, la mafia es el mejor ejemplo de capitalismo que tenemos», como dijo Marlon Brando. En él, encontramos lecciones de liderazgo y de gestión de equipos. También de los cambios en la cultura y en la estrategia corporativa que supone la llegada de los nuevos jefes.
El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. Es un cuento largo. Se lee en una o dos tardes. Inspiró al coronel Kurtz, personaje interpretado también por Marlon Brando en el filme Apocalypse Now. La historia es cruel. La gestión unipersonal y aislada del líder genera monstruos. Sin un enfoque humano de las relaciones, estamos abocados a la destrucción.
El traje nuevo del emperador, cuento popular. Conocemos la versión de los hermanos Andersen que cuentan la historia de ese rey feliz por vestirse con telas y ropas visibles sólo a los ojos de los «agraciados». Unos pícaros consiguen vender esos hilos a los incautos, a aquéllos que prefieren escuchar sólo las buenas palabras. No avanzan así las empresas: rodéate de gente de confianza, que sea capaz de no darte la razón, de sugerir cambios. Si prefieres la tradición latina, tatúa en la puerta de tu despacho aquello de «Memento Mori«.
La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares. Es una novelita fantástica, corta e ideal para nuestro propósito. Dijo de ella Borges que acaso era el mejor cuento del siglo XX. Dos ideas sobrevuelan el texto. Por un lado, la incapacidad del protagonista de recuperar el control sobre su vida y sus pasiones. Sólo cuando es consciente de sus límites acierta en las decisiones que toma. Por el otro, Morel y la máquina. Pone toda su imaginación al servicio de una idea. ¿No es esto la innovación?
Bambi contra Godzilla, de David Mamet. El título es provocador. El famoso autor teatral y cinematográfico consigue relatar su experiencia en Hollywood, tanto en la dirección como en la producción. Me gusta porque enumera consejos, aspectos prácticos y secretos de cómo sobrevivir en una industria hiperprofesionalizada y en constante cambio. Lo recomiendo porque es una lectura amena para entender las industrias globales, la capacidad de seducir y persuadir, así como fomentar la capacidad de improvisación. Esto es la vida diaria del emprendimiento.
¡Noticia bomba!, de Evelyn Waugh. Es mi novela preferida de tema periodístico. Un escritor es enviado al frente por error y consigue sobrevivir profesionalmente. Me parece que cualquiera que quiera aprender de sus errores y salir de la zona de confort debería conocer a William Boot. A menudo, bajo circunstancias adversas, aprendemos a dar lo mejor de nosotros mismos. Un desafío para la empresa.
Violetas de marzo, de Philip Kerr. Probablemente, uno de los personajes de novela negra más divertidos que conozco, a pesar de la dureza de los temas, los casos y el contexto social en el que se desarrollan las historias. De su personaje central, Bernie Günther, tengo grabada una cita recurrente: «Pensar no es espectacular, pero da resultado». Pues eso. Que corremos mucho, pero las prisas no ayudan a tomar buenas decisiones. Pararse, pensar y analizar la situación es una actividad a la que los emprendedores deberíamos dedicar algo más de tiempo.
Hasta aquí va mi propuesta: ¿cuál es la tuya? Conversemos en #libroverano.
¡Que aproveche!