Un programador ‘full stack’ para tu empresa

Tienes una empresa, la llaman pyme, pero eres un autónomo con unas cuantas personas y tu objetivo es sacar adelante tu negocio. En los 70 había que tener arrojo para hacerlo. En los 80 además ya había que saber de números y papeleos. En los 90 empezó el lío, Internet.

Más de 20 años después, las empresas que tienen pocos trabajadores tienen un gran problema con la tecnología, pero también tienen una gran suerte si son capaces de ver la oportunidad y la aprovechan. Precisamente su pequeño tamaño hace que carezcan de la inercia de una gran compañía y que se puedan adaptar a los cambios más rápidamente si ponen todo su empeño en conseguirlo.

Un empresario – comprendo que se use la palabra emprendedor, pero yo prefiero la clásica – sabe de su negocio y es probable que no tenga nada que ver con la tecnología. Él sabe de lo suyo. Sabe vender, construir, moverse en todo aquello que le da dinero, pero no sabe qué hacer con el maldito Internet, con los ordenadores de su empresa y, lo que es peor, no sabe si está perdiendo alguna oportunidad de ganar dinero si introduce tecnología en su negocio o al menos dejar de gastar tanto, que es otra forma de ganarlo.

Las empresas grandes tienen un CIO, cientos o miles de personas y dinero para invertirlo en tecnología y sacar algo a flote. Un empresario con un pequeño grupo de trabajadores no tiene eso, pero sí puede hacer algo: contratar un programador full stack.

No me refiero a un programador que sepa Java o C#, sino al conocido en el gremio como programador full stack, es decir, un desarrollador con sólidos conocimientos al menos en las siguientes áreas técnicas:

A todo lo anterior debe ir unido una enorme dosis de sentido común, pragmatismo y orientación a la resolución de problemas relacionados con el negocio. Una buena prueba para saber si estás ante un ejemplar como el que comento es preguntarle si ha leído Clean Code, Code Complete, Rapid Development o The mythical man month. Si desvía la mirada arriba a la izquierda, es señal de que mentirá o contestará con evasivas. Pero si se le ilumina la cara y no puede evitar comenzar a hablar de ellos, ese es tu hombre.

Hoy el software está en todas partes y casi cualquier negocio lo necesita para poder sobrevivir. Si Internet dejase de funcionar, el mundo civilizado colapsaría. Es un hecho. Sería capaz de sobrevivir como ha sobrevivido a tragedias mucho peores, pero el efecto sería devastador a corto plazo.

Como empresario sabes que necesitas una gestoría para que te lleve el papeleo. Pero no lo ves tan claro con la tecnología. Te equivocas. Cuestiones como qué software utilizar que facilite tus procesos de negocio, qué web desarrollar, decidir si vender o no por Internet, o por qué la microinformática es siempre un problema son fundamentales. La respuesta a todo ello puede ayudarte a encontrarla el programador full stack, que es mucho más que un desarrollador senior. Tiene una formación amplia en todo lo relacionado con la tecnología, conoce los detalles, pero también sabe elevarse y tomar decisiones técnicas teniendo en cuenta lo más apropiado para el negocio.

En la edad del hierro había que saber de hierro, en la edad del software hay que saber de software. Si no lo haces, prepárate para que llegue otro que sí sepa, aproveche esas oportunidades y termine dejándote en la cuneta.

La pereza a la hora de realizar tareas repetitivas es una virtud que gobierna los actos de estos programadores. La rebeldía a la hora de invertir tiempo en tareas mecánicas hará que trate de automatizar todo tipo de acciones. La pereza ha sido uno de los mayores aliados en los avances de la informática. Siempre hay alguien que considera que no debe perder tiempo en hacer algo que podría hacer una máquina y logra que así sea.

Las malas experiencias con desarrolladores en pequeñas empresas suelen venir por contratar técnicos sin estas características. No quieres un mecánico para tu empresa, quieres un tipo al que le apasionan los coches, que construye automóviles en su tiempo libre y que además es mecánico. Si la programación no es su pasión, no te sirve.

El software no es como cualquier otra cosa que haces en la empresa. No es papeleo, no es mantenimiento de las oficinas, no es limpieza y no es pagar nóminas. El software en tu empresa puede hacer que veas venir los problemas mucho antes de que se materialicen, porque tengas un buen cuadro de mando que te permita tener una visión global y actualizada al día de tu negocio. Y sobre todo puede ayudarte a crecer, a vender más o a ser más eficiente en lo que haces, en definitiva a ganar más dinero.

El programador full stack no es un estratega en el sentido literal del término. Lo que necesitas al principio no es eso exactamente, lo que quieres es resolver los problemas del día a día de forma eficiente y sobre todo eficaz. Necesitas tomar confianza, ir construyendo tu ecosistema de aplicaciones y que esa persona pueda asesorarte en la contratación de servicios con terceros.

La tecnología en una pequeña empresa no es ya una opción y un programador que viva con pasión el mundo del desarrollo de software puede ser el mejor compañero para iniciarte en la aventura que supone aprovechar las oportunidades de negocio que se pueden abrir, si decides incorporar la tecnología a tu negocio y no esperar a que sea la tecnología la que llegado el momento cambie las reglas del juego de tu negocio y no estés preparado. De ti depende.

Foto: Alper Çu?un

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