Hace aproximadamente una década surgió con fuerza un nuevo concepto de turismo basado en el entorno rural, como contraposición al turismo urbano y de playa. Una oferta que cubría las demandas de un nuevo consumidor que buscaba huir de la masificación y encontrar valores diferenciales frente a las grandes cadenas hoteleras. Este nuevo consumidor valora el trato humano y cercano, la autenticidad, el respeto por el entorno, la tranquilidad y una ubicación única.
Así, en los últimos años han nacido multitud de pequeñas y medianas empresas en todo el país, que han sabido detectar esta oportunidad. Un claro ejemplo de estos establecimientos es Can Pere Sord, un oasis de paz y tranquilidad alejado de la Ibiza más bulliciosa, que ha sabido aprovecharse de la gran oferta de la isla para posicionarse de manera diferente.
Can Pere Sord ha innovado, aportando algo radicalmente diferente a lo que ofrecía gran parte del sector hotelero más tradicional. Hoy los establecimientos pequeños situados en entornos rurales, que ofrecen un trato cercano y familiar, han sabido encontrar un nicho de crecimiento en un sector tan competitivo como el turístico.
Ubicada en el norte de la isla, Can Pere Sord es una casa con más de doscientos años de antigüedad reformada cuidadosamente siguiendo los modelos de la arquitectura popular ibicenca.? Entre otros placeres, los huéspedes pueden degustar los sabores más puros de la cocina típica local. Los alimentos pasan del campo a la mesa en pocos minutos, pues disponen de huerto propio, árboles frutales y jardines con plantas aromáticas.
Sin lugar a dudas, su pequeño tamaño (consta de tan solo nueve habitaciones) ha sido uno de sus principales aciertos, ya que le ha permitido una relación cercana con todos los huéspedes. Eso hace que muchos de sus clientes repitan, pues valoran ese trato. En definitiva, un hotel pequeño permite conocer a los huéspedes y hacer con ellos “marketing relacional”.
Como consecuencia de este posicionamiento, alejado del turismo tradicional de Ibiza, han logrado romper con la estacionalidad. Estar abiertos todo el año e integrar en periodos más tranquilos nuevos servicios como talleres o clinics de yoga y pilates, refuerza su imagen sostenible asociada a la tranquilidad, la calidad y las experiencias únicas.
Nacer de cero en un sector económico expuesto a los vaivenes de los gustos del público, en la actual situación económica, requiere tener muy clara la personalidad que se quiere transmitir y la propuesta que se pretende lanzar. Hay que concentrarse en distinguirse del resto de la oferta, dejando claro cuál es el valor añadido que se aporta. En este sentido, la audacia de Can Pere Sord a la hora de gestionar el factor diferenciador ha acabado erigiéndose en su gran acierto empresarial.
Imagen: Can Pere Sord