La “necesaria” transformación digital de nuestras empresas no es una conversación recurrente, es una responsabilidad. Para ser competitivos en un entorno global y conectado, es necesario innovar, y ello en el más amplio de los sentidos. La transformación digital del negocio internacional supone innovar aplicando tecnología. Así de sencillo y de complicado a la vez.
Según un reciente estudio del M.I.T., “apenas un 9% de las empresas son diestras digitalmente”, dato desesperanzador, aunque parece ser que la tendencia mejora. Otro dato a tener en cuenta, según datos del IEMCD: el 73% de las empresas en España no tienen un puesto ni la formación específica para las once principales funciones digitales.
En escenarios globales de incertidumbre, con avances tecnológicos todavía inimaginables, la transformación continua en aras de un mayor R.O.I. es una responsabilidad que implica adaptación y, sin duda, el conocimiento tecnológico se convierte en aliado para el desarrollo empresarial.
Siempre detrás de la tecnología estamos las personas, no lo olvidemos. No puedo estar más de acuerdo con compañeros que leo y que afirman que la transformación digital no va tanto de tecnologías como de personas, aptitudes y actitudes. En este momento, el compromiso con la digitalización se me antoja ineludible para cualquier profesional.
¿Cuáles son las variables de excelencia en entornos digitales? Yo identifico las siguientes:
- Equipo.
- Capacitación.
- Tecnología.
- Internacionalización.
- Marketing.
- Adaptación.
- Sostenibilidad.
En cuanto al desarrollo internacional de negocios, profesionales y empresas, la transformación digital supone mucho más que tener una web y una tienda online en diferentes idiomas. La búsqueda de nuevas oportunidades digitales va más allá de tener perfiles en redes sociales. La transformación digital ha de verse como una estrategia. Cada empresa, cada unidad de negocio debe conocer y valorar las herramientas tecnológicas facilitadoras que puede aplicar a sus procesos en cada eslabón de su cadena de valor, para llegar en las mejores condiciones posibles a sus clientes, estén donde estén, y sean quienes sean.
En cuanto a consumidores potenciales conectados, nos acercamos a los 3.000 millones, dato nada desdeñable si lo sumamos al crecimiento exponencial del comercio electrónico internacional. ¿Cómo nos acercamos a estos clientes globales conectados? Con una adecuada estrategia de marketing internacional digital, que debe partir siempre de la inteligencia y la investigación.
La inteligencia de mercados internacionales ha evolucionado notablemente. Hoy en día, las herramientas de inteligencia van mucho más allá de estudiar los datos de la famosa web pública de la CIA, el servicio de inteligencia americano. Innovar en inteligencia internacional supone conocer otras herramientas, que nacen al abrigo de conceptos tan de moda como el big data. El análisis de datos para la toma de decisiones en mercados internacionales cada vez es más sencillo con tecnología. Podemos conocer mejor a nuestros clientes y competidores. Existen ya en el mercado tanto soluciones paquetizadas y muy competitivas, como por ejemplo “Kompyte”, como agencias de inteligencia digital que desarrollan modelos para satisfacer demandas a medida.
Con un adecuado conocimiento de clientes y competidores, siempre podremos tomar decisiones acertadas sobre el mix de marketing necesario para construir y posicionar nuestra oferta en las mejores condiciones frente a nuestra competencia. No entiendo cómo hoy en día, con la cantidad de herramientas que existen, todavía muchos profesionales siguen sin utilizar tecnologías facilitadoras. Los costes de los desplazamientos y de las promociones internacionales siguen siendo elevados, ¿por qué viajamos sin preparación previa?, ¿por qué no analizamos a tiempo real? No creo que el uso o no de herramientas tecnológicas sea cuestión de dinero, percibo que es más un problema cultural y de capacitación. Buena asignatura pendiente para todos los que deseamos negocios globales.
Foto: http://ow.ly/YsBGX