Trabajar en remoto o teletrabajar es tendencia. Pero parece que es más tendencia en el mundo de los autónomos y emprendedores -que trabajan desde casa o desde un espacio de coworking, porque no necesitan ni pueden permitirse una oficina- que en el mundo de la pyme, pues de momento pocas apuestan por el trabajo en remoto como parte de su cultura empresarial.
Este otoño se publica Remote, de los fundadores de 37Signals, pyme transnacional que opera una popular plataforma SaaS de gestión de proyectos. Los autores, que ya tienen libros publicados sobre desarrollo de aplicaciones web y desarrollo de nuevos negocios, esta vez han escrito sobre el trabajo en remoto como apuesta estratégica para la pyme. Una apuesta que en España podemos observar en lo que fue el lanzamiento de consumer.es por parte de Eroski ¡en 2001! Nuria Rita Sebastián Cisneros, que formaba parte del equipo, lo relata en los siguientes términos:
(…) probablemente éramos la única redacción distribuida que existía en España, cada uno estábamos en una punta de la península y hacíamos los horarios que queríamos, compartiendo nuestro día a día en la «wiki» y dejando allí todo apuntado para los demás: calendario de publicaciones, previsión de temáticas, reparto de artículos, correcciones, titulares de los boletines, fotografías…
Ahora bien, el trabajo en remoto no es para todo el mundo, pues requiere habilidades específicas que ahora comentaremos, ni se ajusta a todas las tareas que es necesario desarrollar en una pyme. Elaborar contenidos para un portal web o programar son ejemplos de tareas en un extremo, mientras el trabajo de recepcionista o de azafata de autobuses lo son para el otro extremo del eje «tareas que se prestan para realizar en remoto». Para aquellos trabajos en los que el trabajo a distancia es una posibilidad, veamos -inspirándonos en el ejemplo de Stack Exchange, otra pyme con una apuesta fuerte por el teletrabajo- qué ventajas ofrece, cuáles son los requisitos para que funcione y qué herramientas son fundamentales para ello.
Ventajas del trabajo en remoto para la pyme
- Acceso a una fuente mucho más amplia de talento. Por cada candidato que está en nuestra localidad o está dispuesto a mudarse, hay al menos cien más que no lo están. Adicionalmente, si alguien valioso del equipo se muda a otra localidad -por motivos familiares o de salud, por ejemplo-, podemos seguir contando con él y ahorrando costes considerables de búsqueda y formación de una persona nueva.
- Aumento de la productividad. Bien hecho, el trabajo en remoto puede hacer a las personas enormemente productivas, pues se ahorran los viajes a la oficina, pueden diseñar ellas mismas el entorno de trabajo que más les guste y disponen de mayor libertad para organizarse, siendo este último punto especialmente relevante para acceder a talento con responsabilidades de crianza. En estas condiciones, a menudo uno deja de contar las horas dedicadas y es más productivo.
- Foco en los resultados en lugar de las horas. El trabajo en remoto obliga a la empresa a evaluar a sus equipos en función de los resultados, en lugar de por las horas que pasan en la oficina. Aunque no lo parezca, se trata de una ventaja importante. Es muy difícil cambiar de chip y que sea una necesidad lo hace, paradójicamente, más fácil.
Requisitos del trabajo en remoto
- Contratar específicamente para trabajar en remoto. Como dijimos, no todo el mundo está cómodo trabajando desde casa. Entre las habilidades necesarias para que alguien sea un buen teletrabajador están la autonomía para saber con qué tarea ponerse en cada momento y la proactividad al comunicar con los otros miembros del equipo. Si contratamos para trabajar en remoto, querremos asegurarnos de que la persona cuente con estas habilidades.
- Pasar por completo al online en la comunicación interna. Con una única persona trabajando en remoto, necesitamos que todos en la pyme comuniquen online. El centro de las interacciones debe pasar al entorno online en lugar de las pausas de café o el «me paso por tu despacho y lo hablamos».
- Comunicar mucho y de forma explícita. Comunicar y compartir es el oxígeno en las empresas geográficamente distribuidas. Oxígeno en el sentido de que sin un esfuerzo por comunicar de forma explícita, los equipos no van a poder funcionar.
Herramientas clave para el trabajo en remoto en la pyme
- Videollamadas. Nada puede sustituir ver la cara de la persona con quien hablamos. Por eso, trabajar en remoto sin videollamadas es difícilmente imaginable.
- Salas de chat constantes. El chat es suficientemente asíncrono para que no interrumpa -como sí lo hace la videollamada- y al mismo tiempo deja un registro que se puede repasar a posteriori, algo que se convierte en funcionalidad vital si hay personas que se conectan desde otro huso horario. En realidad toda empresa debería tener salas de chat constantes, tenga o no trabajadores en remoto, porque es una buena solución para no interrumpir a alguien en su mesa para hacerle una pregunta.
- Correo electrónico. La ventaja del viejo e-mail es que es completamente asíncrono, que no interrumpe ni requiere respuesta rápida -si los que recibimos sí lo requieren, preguntémonos si no deberíamos mejor tener una sala de chat– pero sirve muy bien para comunicar decisiones de forma explícita o relatar el trabajo mediante resúmenes semanales.
Conclusión
Incorporar el trabajo en remoto en la cultura de la pyme tiene sus retos, pero a cambio da acceso a una fuente de talento y productividad antes no disponibles. Las herramientas clave para ello no se centran en el control horario, pues se trata precisamente de superar el paradigma de contar horas, sino en lo que podríamos llamar un nivel extremo de comunicación constante y explícita.
Foto: joey.parsons (licencia CC BY-ND)