No todos los gatos son pardos. Ni todos los emails de marketing son iguales. Newsletters, boletines, correos electrónicos dedicados, transaccionales…. Cada modelo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Conocerlos y saber cuál es el más adecuado para cada ocasión aumentará mucho tu tasa de apertura. Confundirte al elegir el estilo puede ser un error fatal que condene tus envíos a la papelera.
Elegir el que más te rente en cada caso, al menos a priori, dependerá siempre de cual sea tu objetivo.
Newsletters y boletines
Son ideales para nutrir a los contactos que ya tienes y conseguir que piensen en ti a la primera cada vez que necesiten un producto o servicio de tu ámbito, y también para ir ampliando tu lista de contactos “interesados” en función la difusión que se haga de este contenido.
Las newsletters son comunicaciones periódicas que terminan creando vínculos. Si eres capaz de incluir en ellas contenidos originales y atractivos, enganchas a tus lectores, que se acostumbran a su ración de contenido periódica y acaban esperándolas.
Son adecuadas para divulgar, para tener a tus clientes “al día”, para comunicar noticias sobre tu empresa o para pedir feedback. Pero no son el sitio adecuado para hacer publicidad, al menos no descaradamente. Para fomentar la venta, es recomendable vincularlas con enlaces al sitio web donde el cliente puede encontrar una visión más “de producto”, e incluso enlaces de autocontratación.
Son potentes, pero lo cierto es que por su formato básicamente informativo, pueden volverse demasiado pesadas y es fácil perder entre el contenido las llamadas a la acción. Analizar los temas que tienen más tirón para optimizar el diseño y elegir tu artículo destacado te permitirá incluir alguna llamada a la acción..
Y no olvides que es una muy buena herramienta para aumentar tu base de clientes. Anima a compartir el contenido que publicas incluyendo enlaces a las redes sociales.
Similares a las newsletters, los boletines recopilan información en formato de titulares y generalmente con un horizonte temporal (por ejemplo, semanal, mensual, etc.). Los boletines deberían ser más simples de leer que las newsletters, porque en general consisten en listas y vínculos.
Correo electrónico enfocado al Call to Action
A diferencia de los anteriores, este tipo de correos tiene como objetivo generar resultados en una acción comercial específica, ya sea una venta, o un registro en una campaña o evento.
Lo mejor es que sean cortos y directos. Una sola idea, una sola llamada a la acción. Te recomiendo que no intentes agregar información sobre otras ofertas que tengas en cartel, por muy importantes que sean. Quien mucho abarca poco aprieta. Resérvalas para otra ocasión.
Que el diseño sea simple. Juega con las ilustraciones pero no demasiado. Recuerda que muchos programas de correo no descargan las imágenes por defecto. No te compliques con elementos gráficos ni bloques, porque el tema es único y dedica tus esfuerzos a elegir un asunto atractivo, que invite a hacer clic. El asunto siempre es importante, pero en este tipo de comunicaciones es clave marcar la diferencia.
No conviene hacer envíos periódicos de este tipo de comunicaciones. Es mejor reservarlos para cuando tienes una oferta especial. Claro, que con un foco tan claro es fácil no acertar en el momento y necesidades adecuados. En estos casos, disponer de información complementaria que te permita vincular los correos electrónicos a una actividad específica o momento de conversión es vital. Sería muy interesante poder incluso cambiar los emails sucesivos según el comportamiento del destinatario.
Correos transaccionales
Los correos electrónicos transaccionales son mensajes que se envían sólo cuando se completa una acción específica por parte de un contacto. Por ejemplo, al registrarse en una web o blog o inscribirse en un evento. El email transaccional es ese correo que recibes justo a continuación para darte las gracias y/o confirmar la acción. También son correos transaccionales los mensajes recibidos tras realizar una compra online, que confirman pedidos o aportan detalles sobre el envío.
Estos correos siempre se abren, ya que el usuario los está esperando. Es muy interesante valorar el incluir en ellos un mensaje muy directo y una llamada a la acción muy concreta.
En general, te recomiendo fijar primero el objetivo de tu acción. Ten en la cabeza lo que quieres conseguir: que tu marca sea reconocida, comunicar una oferta concreta o un nuevo lanzamiento, interactuar con tu cliente para que active un servicio… y elige en cada caso el formato más efectivo. Siempre un tipo de email perfecto para cada ocasión.
Y recuerda que aunque el mensaje, el diseño o la estrategia de envío sean muy diferentes, hay dos consideraciones comunes a todos ellos:
1. Usa siempre un correo profesional
Otro factor ganador, sobre todo si eres una pequeña empresa y aún no muy conocida es utilizar una cuenta de correo profesional con un dominio propio. Esto es, un nombre fácil de recordar al que asociar el nombre de una página web (por ejemplo, www.minegocio.es) o cuentas de correo (como atención_clientes@minegocio.es, servicio_técnico@minegocio.es, etc.). Sirve para identificar de manera única en todo el planeta a la empresa que lo registra.
El dominio propio genera confianza, identifica al remitente y aleja la posibilidad de ser catalogado como spam. Además contribuye a proyectar la imagen de marca. Incluso la política de elección de nombre para las cuentas de cada usuario indica al cliente el tipo de actividad o el perfil de atención que se puede esperar.
Una herramienta de correo profesional te aportará además capacidades avanzadas que te permitirán diseñar correos profesionales personalizando el aspecto de cada email, con un encabezamiento corporativo que identifique de un vistazo a la empresa que lo envía.
2. Limpia tu base de datos, priorizando la calidad frente a la cantidad
Es importante que en todos tus envíos pongas en lugar destacado y fácil de localizar la opción de no recibir más mensajes (darse de baja) o incluso el cambiar la periodicidad con que se reciben. Es mejor tener pocos usuarios realmente interesados que hacer envíos urbi et orbi. El riesgo de que los no interesados te marquen como spam condicionará tu llegada a usuarios realmente interesados.
Facilita también la actualización de datos para ir disminuyendo tu tasa de rebote causada por factores como direcciones de correo inválidas.
Evita realizar envíos demasiado frecuentes, no satures a tus clientes. Analiza con detalle las estadísticas para detectar la frecuencia justa de envío, que dependerá también del tipo de campaña que estés haciendo.
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