La comunicación interna es un activo que se tiene que gestionar adecuadamente para la creación de valor. Ya no sirve el «ordeno y mando», porque las empresas se han convertido en organizaciones que trabajan en red y que mantienen relaciones estables con los empleados, los proveedores, los distribuidores, los clientes y otros actores empresariales. A todos ellos se dirige la comunicación interna cuando el objetivo es crear confianza y establecer relaciones a largo plazo. Esas son las bases del nuevo paradigma de gestión para las pymes.
La estrategia de comunicación interna tiene tres objetivos:
- La gestión de la información para que se transforme en conocimiento.
- La motivación del equipo humano.
- El refuerzo del liderazgo.
Existen numerosas herramientas que pueden ayudarnos a cumplir estos objetivos. Veamos tres ejemplos.
El manual para los empleados. Se trata de un documento que reúne toda la información que puede interesar a un trabajador. Contiene las normas generales, las relaciones laborales, los servicios médicos, la relación con proveedores, los salarios y beneficios, los cursos de formación y otra información relevante. Es un instrumento útil para ilustrar con ejemplos de casos reales: ¿cómo se pide la baja? ¿Cuáles son los criterios para las bonificaciones por formación? ¿cómo es el organigrama de la compañía? o ¿quién es el responsable de prevención? El manual aligera los procesos de toma de decisiones y facilita la gestión de personas. El empleado puede consultar la información que le preocupa y concentrarse en sus tareas. Aquí hay un modelo que puede orientarnos.
La tendencia actual consiste en incluir un epígrafe dedicado a la gestión de la identidad en las redes sociales. Es importante para que el empleado sepa si puede (o debe) utilizar el nombre comercial en Twitter, cómo administrar la privacidad (por ejemplo, las fotos de ferias comerciales o de encuentros con proveedores) o cómo comportarse en Linkedin. Territorio Creativo nos cuenta en su blog algunos elementos para crear ese código de buenas prácticas.
Una segunda técnica es el uso de medios audiovisuales para motivar a las personas. Frente a los vídeos institucionales, apostamos por vídeos realizados por los propios empleados, donde pueden contar su experiencia, su actividad cotidiana y sus relaciones con otros departamentos. Para los responsables de equipos, el video sirve para comprobar cómo se ven los empleados a sí mismos y cómo ven el reparto de tareas, mientras que para los empleados el video puede ser un medio de expresión. Es muy conocida la experiencia de Deloitte, cuyo objetivo es mostrar el trabajo de la firma, expresar la cultura y los valores, así como captar talento. Me gusta porque muestra el decidido estilo personal de cada empleado. Y tiene éxito: ¡más de 160.000 videos reproducidos!
Por último, creo que la pymes pueden desarrollar técnicas para la captación del talento mediante la promoción de la marca como empleador (employer branding). Está a mitad de camino entre comunicación interna y recursos humanos, porque se trata de gestionar las personas y reforzar el liderazgo. Entre las acciones destaca el espacio dedicado al empleado en la web corporativa, los actos con antiguos empleados, los programas de formación, la participación en campus universitarios, la evaluación del desempeño (claridad en los objetivos y los medios), el marketing interno y la definición de la propuesta de valor para el empleado (compensación, salario, políticas de empresa e identidad), entre otras. Para inspirarnos, podemos ver qué hace la competencia y quiénes han creado valor para sus empleados en el listado de The Great Place to Work. En la edición de 2011, encabeza la lista Mobivery, que ha creado una web para celebrarlo.
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