Los últimos contagios acontecidos en industrias cárnicas en Alemania o el de la explotación hortofrutícola en Huesca ponen de nuevo sobre la mesa el tema de los controles sanitarios e higiénicos en las empresas de alimentación.
Que nadie lo vio venir en Europa o en España parece que está claro, pero ¿cómo te las arreglas, cuando además trabajas con “las cosas del comer”, para minimizar riesgos de contagio por COVID-19?
Esto nos parece, a los ajenos al sector de la alimentación, un desafío en toda regla y sin duda lo es. Lo que pasa es que muchas de esas empresas ya venían cumpliendo con unos requisitos escrupulosos en materia de seguridad, sanidad e higiene. Con lo cual la mayoría de los procesos ya estaban implantados: faltó añadir unas cuantas medidas más.
Hablamos con fuentes de la industria y esto es lo que nos cuentan.
Higiene y desinfección antes de la pandemia
“Nosotros ya contábamos con unos controles exquisitos de limpieza y desinfección, ya teníamos planes, de los que como mínimo se hace una formación anual para que a nadie se le olvide”, dice la experta en seguridad alimentaria Gemma del Caño.
”Es cierto que en muchos puestos ya se requería el uso de mascarilla, pero no por la gente que hubiera en la misma sala, sino por no contaminar el producto, que es lo que nos importa”, asegura.
Respecto a si hemos reducido puestos de trabajo, los puestos de fabricación son los que son, no se pueden reducir, pero sí se han modificado los horarios de entrada y de salida, para que trabajen en grupos reducidos. Y también para los horarios del café”, aclara.
En su empresa, de hecho, no solo no han parado de trabajar, sino que han producido más, en diferentes turnos. Y no han tenido ningún caso de contagio por coronavirus en estos meses.
Del Caño continúa: “Se han implantado en los sitios necesarios las pantallas protectoras, gel hidroalcohólico a la entrada y salida de la fábrica, puesto que ya teníamos lo del pasillo higiénico en las zonas de producción. También se han facilitado más mascarillas. En mi planta los controles no han aumentado, porque con nuestros procesos ya teníamos muchas cosas controladas”.
Controles microbiológicos
Por ejemplo, cada cierto tiempo se hacen análisis microbiológicos, para ver si está siendo eficaz la limpieza de superficies. También hacemos control de microbiología de las manos de los operarios, para ver si las medidas son eficaces.
En general, los controles de microbiología están siendo los mismos, las medidas de prevención en la fábrica son similares y donde se han implementado otras es en las zonas comunes.
¿Esto ocurre en todas las empresas? No, porque muchos puestos de trabajo a veces no lo permiten y también porque depende de los dueños de las empresas, de su seriedad y cumplimiento de las normas”, finaliza del Caño.
“Hasta la fecha no se ha demostrado que la COVID-19 pueda transmitirse a través de los alimentos o de los envases que los contienen, pero las empresas alimentarias hemos tenido que intensificar las medidas de higiene personal y ofrecer cursos de reciclaje a los trabajadores, llevando a cabo un protocolo especifico frente al coronavirus”, explica Conchi Nieto, de Cecinas Nieto.
Formación en higiene alimentaria
Y continúa: “Esto implica una formación por escrito en la que se informa a los trabajadores sobre los principios de la higiene alimentaria, para evitar o reducir el riesgo de que contaminen la superficie de los alimentos o los envases”.
“El equipo de protección personal, incluidas las mascarillas y los guantes, puede reducir eficazmente la propagación de los virus, si se utiliza de forma correcta”, manifiesta Nieto.
Además, implantamos medidas de distanciamiento físico y prácticas estrictas de higiene y saneamiento.
Si el personal realiza las prácticas que garanticen la higiene de los alimentos en nuestras instalaciones, mediante una buena limpieza de las manos, el uso frecuente de gel hidroalcohólico, una buena higiene respiratoria, lavar y desinfectar a menudo las superficies de trabajo y evitar el contacto cercano con cualquier persona que presente síntomas, se logra garantizar el cumplimiento de la gestión de inocuidad de los alimentos”.
Certificaciones de seguridad alimentaria
Su empresa cuenta con varias certificaciones de seguridad alimentaria conseguidas antes de esta pandemia y el hecho de tener que cumplir con los requisitos para obtener dichas certificaciones allanó el camino de cara a implementar otras medidas.
Contar con una certificación como es la IFS, que es la norma de más alto nivel en seguridad alimentaria, te hace estar muy seguro frente a una crisis sanitaria de este tipo.
“Con las medidas y protocolos establecidos para la implantación de la norma, tienes las instalaciones y al personal preparado para poder adaptarse a un nuevo protocolo, como puede ser el establecido frente a la COVID-19”, finaliza Nieto.