Churros con queso cheddar y uramaki sushi de tortas de aceite. Extrañas mezclas, sí… Como mínimo provocan asombro y para los puristas de estos dulces tradicionales deben rayar la herejía, pero no es más que la consecuencia de innovación e internacionalización, lo más ansiado en el panorama empresarial actual. Y es que nuestra repostería clásica abre su mente y cruza fronteras. Sin miedo a romper moldes.
Vamos a ver el ejemplo de dos negocios familiares y artesanales que mezclan la foto en blanco y negro centenaria de sus fundadores con el mapa del mundo.
El primero es un clásico en Madrid. ¿Quién no ha tomado churros en San Ginés? El local se construyó en 1890 para que fuera un mesón y una hospedería, pero cuatro años más tarde se convirtió en establecimiento para la elaboración de churros. Si entramos en su web vemos que, además de en español e inglés, ¡está en chino! Y es que este negocio, muy próximo a la Puerta del Sol, abría el pasado mes de septiembre su primera sucursal en Shanghai–en un centro comercial del histórico distrito shanghainés de Hongkou, al lado del estadio de fútbol del Shanghai Shenhua de la Superliga china–, donde espera poder expandirse durante los próximos años hasta convertirse en una cadena. Como sobre gustos no hay nada escrito, allí los típicos churros se podrán consumir con queso cheddar o con mole mexicano picante. Y dentro de poco se abrirá otra «San Ginés» en Colombia, que complementará a las otras tres que ya existen en Japón.
Pero no es el único ejemplo. ¿A quién se le hubiera ocurrido mezclar las tortas de aceite Inés Rosales de toda la vida con alga nori, soja o vinagre de sushi, entre otros ingredientes? Pues en su web hemos encontrado la receta de uramaki sushi de tortas de Inés Rosales, creada por la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla. Y también nuevas variedades, que se suman a la torta clásica: con naranja amarga, sésamo o romero. Esta empresa es otro ejemplo de cómo una receta tradicional, vinculada al Sur de España en este caso, se ha convertido en un producto gourmet con ventas en más de 17 países.
Quizá el reclamo para el consumidor sea algo artesano, ligado a autenticidad y calidad, y podemos subirnos al carro que Trendwatching establecía como tendencia de consumo para este año: alardear de las nuevas culturas “de moda”. Porque si los churros y las tortas de aceite pueden, ¿qué tienen las perrunillas o un buen sobao que envidiar al Gangnam Style?
Foto @MG Spain Export Consulting, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0