Cinco pasos para mantener tus redes sociales actualizadas

Visitas, seguidores, leads, ventas… Los objetivos de las pymes con presencia digital son muy variados, aunque en la mayoría de los casos la meta estratégica puede resumirse en una sola frase: utilizar Internet para que el volumen de negocio aumente. Con esto no descubrimos nada nuevo, simplemente sentamos las bases para un plan de marketing online que ayude a que nuestra empresa crezca. Ahora bien, una vez que sabemos hacia dónde queremos dirigirnos, ¿cuál es la primera acción que debemos poner en marcha? Si seguimos una metodología inbound, la cosa está clara: necesitamos generar tráfico.

Para atraer a los visitantes adecuados, podemos valernos de varios recursos, desde técnicas SEO hasta marketing de contenidos. En este sentido, las redes sociales constituyen una poderosa herramienta para atraer tráfico de calidad, siempre que las usemos de acuerdo con una planificación. Si nuestro negocio cuenta además con una tienda online, su uso es casi obligatorio, sobre todo si nos dirigimos a un público millennial o posmillennial. Las plataformas sociales tienen un gran impacto en los compradores más jóvenes: el 80% de los usuarios de la generación Z se sienten influenciados por las redes en sus compras, según un reciente estudio. 

¿Es rentable estar en Facebook, Twitter o Instagram? La respuesta es sí, y no solo con el objetivo de atraer visitas. Las marcas que realizan técnicas de social selling logran aumentar su ratio de ventas en un 20-25%. Esto quiere decir que una gran parte de sus ingresos proviene directamente de la interacción con el público en este tipo de plataformas. De ahí la importancia de tener unos perfiles activos y actualizados. Si nuestra empresa no es capaz de ofrecer al usuario la información que busca en el momento apropiado, perderá oportunidades de negocio.

Para que la fase de atraer tráfico no falle, debemos estudiar periódicamente la posición de nuestra empresa en redes sociales. Esto es, ‘hacer limpieza’ cada cierto tiempo para comprobar que la imagen que estamos proyectando en nuestros perfiles es la adecuada. Esta pequeña ‘puesta a punto’ nos permitirá obtener información valiosa sobre nuestra marca digital y tomar decisiones para optimizarla. El primer paso, la auditoría.

 

Paso 1: Auditoría de perfiles

Para empezar, tenemos que revisar exhaustivamente todos los perfiles sociales que nuestra empresa tenga en Internet: desde la página de Facebook hasta la ficha de Google Maps. Debemos estar atentos sobre todo a los fallos o incoherencias que encontremos, sobre todo en el aspecto visual. La pregunta que debemos hacernos en la auditoría es si nuestro negocio es fácilmente reconocible en cada uno de los canales. Es decir, ¿está bien representada nuestra imagen de marca en cada uno de los perfiles?

La auditoría puede que nos desvele zonas de mejora en nuestra estrategia social media. Los fallos más frecuentes tienen que ver con un mal uso de los recursos visuales (por coherencia, desactualización, etc.) o con una orientación errónea en el propósito de los perfiles. Un buen ejemplo es el abandono de algunas cuentas. Si no estamos sacando mucho jugo a un perfil, quizá sea una buena idea eliminarlo, antes de dejar que se desactualice.

 

Paso 2: Parte visual

Aunque en la auditoría no hayamos visto nada ‘preocupante’ en relación a la parte visual de nuestros perfiles, siempre conviene revisar una por una las imágenes que estamos mostrando en cada una de las redes. Recordemos que cada plataforma tiene sus propias medidas para las miniaturas, los encabezados, los vídeos y las publicaciones. Si hemos estado usando las mismas imágenes para cada post, sin diferenciar por red, es algo que deberíamos cambiar. También es muy útil revisar que todo se vea correctamente con independencia del dispositivo, ya que suele haber discrepancias entre los formatos móviles y la parte de escritorio.

 

Paso 3: Información de contacto

Llegamos ahora a la parte de revisión de textos y enlaces. La prioridad en este punto es asegurarnos de que la información de contacto esté actualizada en todos los perfiles (nombre, dirección, teléfono, horario, enlace a la web). Como la mayoría de hipervínculos estarán ligados a nuestro site, no debemos olvidar repasar que todas las páginas de aterrizaje se visualizan correctamente (y que dirigen a lo que verdaderamente queremos mostrar).

 

Paso 4: Palabras clave

Las redes sociales son solo una parte de nuestra estrategia de marketing general, y sirven para algo más que publicar contenido y conectar con la audiencia. Mantener actualizados los perfiles también implica dedicar un poco de tiempo a investigar las palabras clave que mantienen esa conexión con nuestro público y con los temas que consideran interesantes. Una herramienta muy útil en este sentido es Google Analytics, que nos permite crear informes por fuente de tráfico para saber el origen de las visitas. Para las tendencias, además de buscar por red social, también podemos recurrir a Google Trends para tener un histórico.

La búsqueda de palabras clave nos ayudará a actualizar la información indicada en nuestros perfiles. Esto es especialmente importante en redes como Linkedin o Facebook, donde una buena optimización de página nos facilitará un posible contacto comercial.

 

Paso 5: Analítica

Por último pero no menos importante, la parte de analítica. Si no hacemos un control del tráfico directo de cada red, no sabremos cómo reaccionan los usuarios ante nuestros contenidos. Aunque es una labor que debemos hacer más asiduamente, una revisión periódica nos permitirá obtener información para reorientar nuestra estrategia en caso de que no esté dando los resultados esperados. Para ello, solo debemos dirigirnos a la parte de estadísticas de cada plataforma, y fijarnos en datos como el alcance, las impresiones o la evolución de seguidores.

La confianza es la base de una buena estrategia social media. El vínculo con nuestro público solo se consigue con trabajo constante. Por eso es tan importante mantener actualizados los perfiles, para que el engagement con nuestra audiencia no se pierda. Este es el único camino para convertir a un visitante en un cliente satisfecho.

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