Rafael Torres ha cogido el timón de la Confederación Española de Comercio (CEC) en una época especialmente convulsa, agravada en las últimas semanas por la huelga de los transportistas, que tantas tensiones provoca en las cadenas de suministro.
“Vivimos un momento que debería ser de recuperación para el comercio, pero marcado por un escenario que incide negativamente en el consumo: cuellos de botella en el comercio global, crisis energética, impacto de la guerra en Ucrania, aumento del precio de las materias primas y de los alimentos. Todo ello se traduce en una inflación alta y, por consiguiente, en una pérdida del poder adquisitivo de las familias, que algunos expertos han cifrado en 11.000 millones de euros en 2021”, asegura el nuevo presidente de la patronal.
La incertidumbre complica las predicciones
De cara a 2022, Torres destaca que la incertidumbre e inestabilidad de los mercados complica las predicciones. Y que la recuperación no se está produciendo al ritmo deseado. Por ello, urge a tomar medidas concretas por parte de las administraciones para mitigar el impacto “de todas estas piedras que nos estamos encontrando en el camino”.
Principales retos para el sector
Más allá de la coyuntura socioeconómica, el presidente de la CEC remarca que uno de los principales retos será llevar lo digital a la tienda física. “La integración de la tienda física y la online con el fin de crear la experiencia de compra más atractiva para la persona consumidora es uno de los grandes desafíos”, apostilla.
Y en ese camino de hacer más atractiva la compra para el consumidor será fundamental la digitalización y adopción de las últimas tecnologías.
En línea con lo anterior, la CEC y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo acaban de poner en marcha un Panel Nacional de Tiendas para acercar el Big Data al comercio de proximidad.
El objetivo pasa por crear un observatorio dinámico y real basado en datos económicos, físicos y demográficos, que se realizará a través de una plataforma integrada y smart que conectará los servicios de la ciudad, los agentes y los negocios con las personas.
La digitalización, una oportunidad
A juicio de Torres, el proceso de digitalización debe ser entendido necesariamente como una transformación integral, más allá del ecommerce, orientada a la implementación de herramientas de gestión que afectan a procesos como la compra, las ventas, la gestión de stock, la publicidad e incluso el marketing.
“Tenemos claro que la digitalización no es la solución a todos los males, pero sí una demanda del consumidor. Nuestro negocio depende de que seamos capaces de dar respuesta a nuestros clientes”, agrega el presidente de la CEC.
«El comercio tiene que ser muy experiencial» y prevé menos tiendas y más flag ships stores. Sin embargo, opina que el comercio de proximidad seguirá existiendo, porque “la mayoría de los consumidores en nuestro país sigue prefiriendo comprar físicamente”.
Por tanto, cree que continuarán desarrollándose tendencias como la omnicanalidad, la sostenibilidad, nuevos métodos de pago, el quickcommerce y el clic & collect, pero todo ello “sin olvidar la calidad y la calidez que caracteriza al comercio de proximidad y que lo diferencia de otros formatos”, puntualiza.
Amenazas para el comercio
En opinión de Torres, han aparecido “nuevas tendencias y se han catalizado otras muchas que ya estaban sobre la mesa, como la digitalización. Además, ha surgido un nuevo perfil de consumidor omnicanal con nuevas necesidades a las que tenemos que dar respuesta”, agrega.
Pero en esta coyuntura, marcada inexorablemente por la imprevisibilidad e incertidumbre, son muchas las amenazas que se ciernen sobre el comercio.
En primer lugar, Torres señala que “si la altísima inflación se prolonga en el tiempo, será devastadora para el sector, por lo que necesitamos medidas de compensación”.
Al mismo tiempo, advierte de que “la reforma laboral supone para el comercio un claro encarecimiento de los costes y agrava nuestra situación más de lo razonable”.
Por ello, aboga por cambiar la manera de gestionar el factor trabajo, optimizando este recurso con una mejor gestión del tiempo, ganando productividad, eficiencia y combatiendo el absentismo.
Preocupación por los autónomos
A Torres también le preocupa la situación de los autónomos, ya que muchos aún presentan pérdidas por el hundimiento que sufrió la venta presencial.
En este marco, explica que la adecuación entre cotizaciones e ingresos reales no puede suponer una doble imposición o un trato discriminatorio para quienes asumen riesgos. E insta a apostar por la simplificación de los trámites administrativos, por la reducción de la burocracia y por la no duplicidad de obligaciones (tributarias y de cotización a la Seguridad Social).
Por otra parte, la patronal solicita ampliar los plazos de vencimiento de la línea de créditos ICO más allá de junio, hasta alcanzar un escenario de recuperación. Y rechaza las Áreas de Promoción de Iniciativas Económicas (APIE), que representan un riesgo de destrucción del tejido asociativo. “No es el momento de que se nos imponga una nueva tasa por ejercer la actividad comercial en un área determinada”, apostilla.
Equilibrio entre las grandes superficies y el comercio de proximidad
Finalmente, a la hora de hablar de amenazas para el sector, no puede obviarse que mucho comercio tradicional mira con recelo a las grandes superficies.
Torres comprende que es un modelo distinto y respalda un equilibrio entre formatos grandes, pequeños y medianos. En cualquier caso, pide a las Administraciones condiciones fiscales o ayudas para intentar mantener este tipo de comercio más pequeño, de proximidad, “que dota de personalidad a nuestras ciudades, especialmente al centro”.
Retos como presidente de la CEC
Licenciado en Ciencias Empresariales y MBA por el Instituto de Empresa, Rafael Torres conoce perfectamente el sector del comercio y su tejido asociativo gracias tanto a su actividad profesional como a su experiencia en un negocio familiar con 125 años de antigüedad.
Ahora, como presidente de la CEC, se ha propuesto trasladar el poder real del comercio, concretamente el de proximidad, a nivel económico, social y de empleo, y que sea reconocido como un sector estratégico.
En paralelo, pretende intensificar la interlocución directa con la Administración Pública, estrechar lazos con los principales agentes económicos y sociales, y ponerse a disposición de las organizaciones miembro de la CEC, para afianzar una estructura sólida en la organización.
Férreo defensor del asociacionismo y fiel convencido de la necesidad de buscar sinergias, sumar apoyos y establecer alianzas para conseguir mayores logros, Torres cree que “únicamente caminando en la misma dirección seremos capaces de estar en primera línea y colocarnos en el foco de todas las estrategias políticas, económicas y sociales que se lleven a cabo en nuestro país”.