Como en el cuento de Ricitos de Oro, en los últimos tiempos muchas personas se encuentran con la sorpresa, al volver a su casa, de que alguien se ha comido su sopa, se ha sentado en su silla, y ha dormido en su cama, en ese hogar que creían seguro. Nuestra identidad ahora es digital y está distribuida en múltiples facetas, personales y profesionales, que tratamos de mantener seguras con los medios que tenemos a nuestro alcance, sin darnos cuenta del complejísimo ecosistema que gestionamos. Todos tenemos múltiples cuentas de …