El conjunto de la industria editorial está viviendo importantes cambios producidos, mayoritariamente, por la llegada de nuevos soportes tecnológicos, que están propiciando una evolución sin precedentes en los sistemas de producción, distribución y comercialización de las publicaciones.
Prueba de ello es el paso que han dado numerosas publicaciones con una larga trayectoria en papel detrás, como es el caso de la revista En Franquicia que, por primera vez, se edita en formato digital. Llegado el momento, quienes editamos alguna publicación hemos tenido que aprender que es preciso dar un paso adelante, reinventarse y buscar nuevos formatos para aprovechar los valores añadidos que ofrecen la digitalización y la «e-distribución».
La concepción del diseño de las revistas digitales ha retomado muchos de los principios utilizados en el diseño de las revistas impresas. No obstante, con el tiempo se han generado principios que solamente se aplican a las publicaciones digitales y avances que se encuentran muy lejos de lo que podía aportar el papel.
Ventajas como la posibilidad de integrar hipertextos o contenido audiovisual y otras animaciones relativas a la información publicada, de forma que el lector pueda acceder a los contenidos que más le interesen y enlazarlos con otras secciones de la propia publicación o de otros portales que puedan completar y enriquecer la información de clic en clic, es algo que solo el universo online puede ofrecer.
Por otra parte, la posibilidad de dar respuesta a las exigencias del consumidor y del mercado en general que valora por encima de todo la movilidad y la posibilidad de acceder a la información que se precisa en cualquier momento y lugar, son valiosas opciones producto de la imparable combinación de Internet y la utilización de dispositivos móviles.
Y si pasamos al terreno económico, los costes relativos al desarrollo y mantenimiento de la tecnología para publicar en medios electrónicos serán siempre inferiores a los costes asociados a las revistas impresas, tales como la edición, la impresión y la distribución, los cuales desaparecen en las versiones electrónicas, otros los reemplazan, especialmente los relacionados con el desarrollo y mantenimiento de la tecnología para publicar en medios electrónicos.
No obstante, y pese a las grandes ventajas del entorno digital, al mismo tiempo, estamos convencidos de que el futuro no pasa por el fin de los contenidos impresos, sino por una combinación de estos y el entorno digital.
Nuestro target de lectores es internauta
Según un reciente estudio sobre los hábitos de compra de publicaciones periódicas, realizado por Conecta para la Asociación Nacional de Distribuidores de Publicaciones (ANDP) y la Unión de Distribuidores Nacionales de Ediciones (UDNE), los últimos años se han caracterizado por la caída progresiva y sin pausa de las ventas de periódicos y revistas. Esta realidad era para nosotros una evidencia desde hacía ya algunos años y en los últimos tres de forma muy significativa.
¿Cómo no responder ante este fenómeno? Y es más, ¿cómo quedarse al margen de una tecnología que ofrece la posibilidad de publicación y visualización inmediata y llegar a una audiencia ilimitada y mundial? ¿Por qué no aprovechar las inagotables posibilidades de búsqueda, la facilidad de interacción entre autor y lector de la publicación, y la opción de acceder en cualquier momento a todos los números anteriores, sin necesidad de papel ni grandes espacios para guardar el acervo?
Son estos y otros los factores que hacen de los nuevos formatos una gran alternativa para llegar a nuestros lectores y públicos objetivo. Pero hay que tener en cuenta que para explotar al máximo todo su potencial, debemos evolucionar también en elementos como estructura, extensión y lenguaje, con toques de creatividad y buenas ideas, sin dejar nunca de lado el rigor y la profesionalidad.
Foto @Wiertz Sébastien, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0