Posicionar una marca en el mercado es uno de los objetivos principales de los emprendedores. Pero una vez que se piensa en el posicionamiento de marca, vienen muchas ideas a la cabeza: ¿qué estrategias se deben aplicar? ¿Cuáles son las mejores tácticas y cómo lo podemos lograr?
Para ello, lo primero que se debe tener en cuenta es que no existen fórmulas mágicas. Se trata de un proceso que es diferente en todos los casos y en el que, por lo tanto, conviene mirar con detenimiento elementos singulares como el tipo de mercado, la competencia o el público al que se dirige.
Posicionamiento como adaptación
De hecho, el posicionamiento podría ser sinónimo de adaptación. Ya que solo las marcas que logran leer de manera adecuada las dinámicas del mercado son escogidas para ocupar un lugar de referencia.
Es la percepción positiva que tiene un cliente potencial, tanto de la imagen como de la reputación, lo que genera ventajas. Esto es de mucha importancia para establecer una diferencia con la competencia.
Estar en la mente del consumidor y posicionar la imagen corporativa como una marca de referencia es una tarea ardua. Para conseguirlo se necesita un plan estratégico que contemple la comunicación organizacional y las relaciones públicas, como parte fundamental del objetivo.
Pero para ello se necesitan algunas estrategias.
¿Cuáles son las mejores tácticas de posicionamiento?
Encontrar el mercado objetivo
El primer paso será definir con claridad el mercado objetivo al cual se orientará el producto. Conociendo bien el target se podrá identificar la mejor forma de posicionar la marca ante este. Es indispensable segmentar lo mejor posible el mercado hasta llegar a ese público específico al que queremos impactar.
Realizar un análisis situacional
Es necesario obtener la mayor información posible acerca del nicho de mercado. Para lograrlo se debe acudir tanto a fuentes de información primarias, generadas a partir de investigaciones de mercado; así como a las secundarias (información estadística y de mercado provista por terceros).
¿Qué tipo de posicionamiento usar?
Con la información obtenida, se podrá determinar qué estrategia de posicionamiento es la mejor. Luego, es importante definir los canales de comunicación más indicados para lograrlo.
Estos son los principales tipos de posicionamiento que existen:
Ventaja diferencial
Si el producto o servicio tiene alguna característica diferencial frente a su competencia, el posicionamiento se debe orientar hacia allá. Asociar la comunicación de este atributo con la marca.
Un ejemplo de este tipo de posicionamiento es Apple, que posiciona a sus teléfonos iPhone o sus computadores Mac gracias a su sistema operativo diferencial, su mayor seguridad y su velocidad.
Posicionamiento por precio
Si el mercado solicita precios inferiores, y la organización puede ofrecerlos, la estrategia debe enfocarse en que el consumidor asocie la marca con mejores precios.
Un ejemplo claro son las tiendas de hard discount como D1 y Justo y Bueno.
Por competencia
Es usual que existan competidores con una estrategia de posicionamiento ya definida. Se puede partir de ahí para apalancarse y existen dos opciones:
Posicionamiento como retador
En caso de que el producto propio sea de gran calidad, se debe asociar la marca con aquellos atributos que marquen la diferencia con respecto a los competidores.
Este recurso sirve si la marca cuenta con cierto renombre y se desea entrar en el mercado con otro producto.
El ejemplo más claro es Pepsi, que compite con su rival y el líder del mercado, Coca-Cola.
Posicionamiento como opuesto
Si se requiere introducir una marca nueva, es conveniente posicionarse como alternativa frente a la competencia. En este caso, se debe orientar el mensaje a exponer los atributos diferenciadores.
Un ejemplo relevante es la crema dental Sensodyne, que se concentra en la sensibilidad dental. Esto en lugar de orientarse hacia la blancura de los dientes o un aliento más fresco.
Posicionamiento múltiple
Este tipo de posicionamiento es común entre las multinacionales con presencia global y un gran portafolio de productos y marcas.
Estas compañías pueden aplicar varias estrategias de posicionamiento a la vez, adaptándose a los diferentes productos y segmentos a los que se dirigen.
Posicionarse es una tarea que requiere tiempo. Llegar a estar en el ‘top of mind’ del público objetivo demanda recursos que desarrollen acciones de marketing y comunicación. El éxito o el fracaso de una organización o de un producto dependen de la manera en que el consumidor perciba una marca. Por eso es deber de las empresas tomar conciencia sobre las acciones que se están llevando a cabo para proyectar su imagen en el mercado y generar el posicionamiento deseado.