Muchas empresas han encontrado en el comercio electrónico un refugio, un nuevo mercado donde vender sus productos y hacer crecer su negocio. Estamos hablando de un sector con un crecimiento anual estimado del 18% de aquí a 2017, según Forrester. El e-commerce está de moda, es cierto, pero abrir una tienda online no significa la salvación inmediata para una empresa.
Existe un gran desconocimiento del canal digital y, en muchos casos, no se exprime al máximo todo su potencial. En Internet no solo estás vendiendo un producto o servicio. Tu empresa, tu marca, tu imagen… todo entra en el mismo lote. Por muy buenos que sean tus artículos, si tu reputación online es mala, nadie los adquirirá.
Movidos por el auge del sector, muchos empresarios se lanzan al mundo e-commerce sin tener en cuenta que la mayor inversión que hay que realizar no se limita solo a la creación de una tienda online, hay que conseguir que los usuarios accedan a ella.
¿Cómo atraer tráfico hacia nuestra tienda online?
Antes de abrir un canal online, debemos pensar detenidamente qué estrategia de marketing vamos a llevar a cabo para que nuestra tienda funcione. Una gran parte de los recursos debe destinarse a la promoción del sitio web. La ejecución del plan debe realizarse en función de unos objetivos previamente marcados. Más no significa mejor; debemos preocuparnos por atraer tráfico de calidad, en lugar de medir únicamente el número de visitas.
La puesta en marcha de acciones de posicionamiento web SEO, SEM o email marketing son parte fundamental de la estrategia comercial. Junto a estas, la llegada directa al consumidor final viene propiciada por un buen plan de Medios Sociales que aporte contenido, viralización y promociones específicas para nuestros productos. El objetivo, incrementar el grado de engagement con los seguidores.
Una adecuada gestión de las redes sociales puede aportar grandes beneficios a nuestro negocio online. Más que atraer visitas, lo que nos interesa es convertir a los usuarios en clientes, fidelizarlos, ofrecerles un servicio personalizado. Para ello, no nos vale cualquier plataforma. La creación de perfiles ha de ir en consonancia con nuestra estrategia, buscando la mayor afinidad con nuestro público objetivo.
El marketing está cambiando día a día. Estas nuevas herramientas nos permiten mejorar la competitividad de nuestro negocio, acercándonos directamente al target deseado. La estrategia 2.0 de cualquier empresa actual debe tender hacia lo emocional, hacia las relaciones. Una nueva filosofía que se plasma en el llamado comercio social o s-commerce.
El social commerce es el uso de las redes sociales para potenciar las ventas de nuestro canal online, ofreciendo contenidos de calidad y fomentando la interacción con los usuarios. No se limita solo a la creación de tiendas en Facebook. Se trata de convertir el proceso de compra en una experiencia única, donde el cliente comparta información, pueda dar su opinión y sea escuchado. Todos estos factores afectan a la confianza del usuario, que puede llegar a convertirse en el deseado prescriptor de nuestra marca.
Así, el Social Media juega un papel importantísimo en nuestra estrategia e-commerce, ya que afecta de manera directa a las decisiones de compra de los consumidores, como lo demuestran los datos: Un 74% de los usuarios confía en las redes sociales y en las opiniones allí vertidas, según Gartner.
Beneficios del s-commerce para la pyme
En Internet no hay empresas pequeñas. El tamaño es una cuestión de imagen. Las pymes pueden abrirse hueco entre las grandes compañías aprovechando las ventajas competitivas que la web 2.0 ofrece. En comercio electrónico, el que tiene la mejor estrategia se lleva el gato al agua. El social commerce es una manera de aportar valor a nuestros productos y genera beneficios palpables para la tienda online:
- Información. El conocimiento es poder. Las redes sociales propician el trato directo con el usuario, nos permiten recopilar información valiosa sobre sus hábitos de consumo. Es algo así como realizar un estudio de mercado a muy bajo coste. La analítica, la medición de resultados y, sobre todo, la conversación con nuestros seguidores nos permitirá convertir los datos en productos personalizados, promociones específicas y un sinfín de acciones para segmentar y dar al público lo que demanda.
- Trato personalizado. Como ya hemos mencionado, el marketing actual es relacional. La cercanía con el cliente es una necesidad, algo que muy difícilmente pueden conseguir las grandes compañías. Las pymes tienen una gran ventaja en este campo. Su pequeña estructura les permite desarrollar una comunicación de tú a tú con el usuario.
- Efectividad. El boca a boca funciona. En redes sociales, una recomendación vale su peso en oro. Aprovechando la viralidad del medio, el alcance de nuestros productos puede ser exponencial. Llegamos a más público, de forma más efectiva.
- Posicionamiento. Ser social es rentable. A Google le gusta que hables con el público, y su famoso algoritmo tiene muy en cuenta la actividad que realiza tu empresa en redes sociales. Cuanto más se comparta, comente y publique, mejores puestos conseguiremos en los resultados de búsqueda.
- Notoriedad. Si los usuarios no conocen tu negocio, es como si no existiera. Sin promoción no hay ventas. El Social Media Marketing proporciona difusión a nuestra empresa y la dota de credibilidad, un requisito básico para que la estrategia comercial tenga el éxito esperado.
En definitiva, una tienda online es algo más que un canal de venta. Socializar el proceso de compra nos permite llegar a potenciales clientes de una forma más efectiva. La conversación con los usuarios nos aportará un feedback necesario para mejorar nuestros productos y servicios. Si somos constantes en la ejecución de nuestra estrategia de marketing, los beneficios acabarán llegando, tanto para nuestra empresa como para nuestro comercio electrónico.
Imagen @theanthonyryan, distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0