Quieren quererse. Mutuamente. España y Perú, Perú y España buscan reeditar tiempos gloriosos, tiempos en los que el país andino y sus minas de Potosí (hoy pertenecientes a Bolivia) fueron epicentro de grandes riquezas para el Nuevo Mundo. Han pasado cinco siglos y hoy la historia es otra. Las heridas se cerraron, huelga recordarlo, el reciente temor a un rechazo por un “renacer imperialista” se ha disipado y, por el contrario, los vínculos y las hermandades siguen vivos, también en las relaciones económicas y empresariales.
Perú quiere estrechar estos lazos con España y encontrar el apoyo de grandes empresas y también de pymes para llevar a cabo sus planes de desarrollo socioeconómico. No es una relación nueva, pero sí en un contexto y panorama renovados. Nuestro país es el principal inversor extranjero en Perú, nada menos que con un 34% del total de las aportaciones exteriores directas (casi 7.500 millones de dólares en 2011) y por delante de potencias como Reino Unido o Estados Unidos. El origen de este fuerte peso comercial se encuentra en el sector financiero (BBVA y Santander), energético (Repsol y Endesa) y, sobre todo, en Telefónica, derivado de su participación en el proceso de privatización de la compañía estatal de telecomunicaciones en su proceso de apertura de los años 90 y su liderazgo en el proyecto de introducción de la fibra óptica en las zonas rurales de Los Andes.
Pero Perú y España quieren más la una de la otra y el pasado mes de junio se sentaron las bases para este nuevo escenario de acercamiento con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la UE y el país sudamericano. Solo un mes antes, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, encabezaba una misión junto a 61 empresas con el claro objetivo de allanar los caminos para la inversión de ida y vuelta, es decir, facilitar el acceso de firmas españolas, especialmente en áreas tecnológicas, y atraer a nuestro país el capital andino como forma de entrada al mercado comunitario.
Pero, ¿qué quiere Perú de España? Puede resumirse en una cosa: nuestro ‘know how”. Por un lado, quiere aprovechar y aprender nuestra tecnología y, por otro, quiere conocer nuestra etapa de crecimiento para repetir los éxitos pero también evitar los errores que cometió España en los años de auge económico. No es para menos, puesto que el país acumula diez años de crecimiento sostenido y tiene la perspectiva de liderar la expansión latinoamericana (+6%) entre 2012 y 2014 por delante de Brasil, Argentina o Colombia.
¿Y cómo pueden aprovecharse las pymes españolas de ello? Además del acceso “tradicional” a través de la subcontratación de grandes proyectos de construcción e infraestructuras liderados por multinacionales españolas, las pymes pueden emprender un camino propio y autónomo a través de joint ventures. Es lo que se ha denominado “la doble vía”: la cooperación estratégica con micro –aquí medianas- y pequeñas compañías avanzadas de Perú, ya con actividad exportadora, a la que aportar nuestra tecnología a cambio de entrar en el mercado local.
Esta conexión directa va más allá del ámbito comercial y llega al área de la gestión, puesto que desde este año los registros mercantiles de ambos países están conectados telemáticamente y ya es posible crear y administrar una sociedad en Perú desde España. Este pequeño gran paso simplifica y abarata enormemente la internacionalización, pero lo importante es la disposición y actitud de ambas administraciones para propiciar un aumento de las relaciones bilaterales. Además, las oportunidades de inversión están perfectamente identificadas de forma específica para las pymes y se concentran en los sectores de la electrónica, maquinaria, componentes de automoción, química, consultoría o embalajes, principalmente.
Las puertas de Lima están abiertas para las pymes. Es el mensaje y leitmotiv de las acciones diplomáticas que la agencia Proinversión realiza en España, dentro de su labor de captación y asesoramiento a través de la Embajada. Dicen ser el camino más corto y directo para cruzar el Atlántico y la búsqueda de un socio al otro lado del charco, la mejor estrategia para que la aventura sea exitosa.
Foto @CHENCHATO, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0