Sin duda la creatividad es muy importante para cualquier emprendedor, pero no suelen enseñarnos herramientas para potenciarla y mejorarla. La más recurrida suele ser la famosa “tormenta de ideas” o brainstorming para los amantes de anglicismos. Esa técnica que, sin duda, tiene sus ventajas tiene a su vez algunas carencias, que no la hacen idóneas para cualquier pyme, porque para empezar hay que saberla usar bien y muchas veces las utilizamos de manera superficial. Revisemos algunos de sus puntos débiles:
- Se ponderan en exceso las ideas iniciales. Todas esas ideas que afloran al principio se asumen como las más valiosas y como las primeras soluciones válidas, e influyen mucho en la generación de las consiguientes ideas, con lo cual esta lluvia de ideas se convierte en una carrera de velocidad en lugar de calidad.
- El proceso de ideación se interrumpe mientras alguien expone su idea, ya que para el resto implica asimilar dichas nuevas ideas y procesarlas.
- En casi todas las organizaciones hay personas a quienes les gusta acaparar el tiempo de las reuniones y los más tímidos apenas participan. Estos últimos además no solo no se sienten confiados para aportar ideas, sino que no comentan las expuestas, con lo que se pierde su aportación.
- Es más difícil recordar todo lo expuesto, porque se suele hacer de viva voz y nuestra memoria pierde muchos de los detalles y algunas buenas ideas.
- Se pierde tiempo en obviedades, interrupciones, comentarios simples, en detrimento del tiempo para pensar y reflexionar.
- Al igual que se premia la rapidez, la cantidad suele ser más importante que su calidad, y muchas ideas son similares a otras.
Por eso, Leigh Thompson y Loran Nordgren, profesores en la Kellogg School of Management, seguramente una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos en gestión empresarial, han propuesto un nuevo método con el que aprovechar esas reuniones de ideas: el denominado brainwriting o “escritura de ideas”. La primera y fundamental diferencia con el brainstorming es la separación del proceso de generación ideas del de valoración de las mismas. Para ello, en una primera etapa previa, los participantes escriben las ideas de forma individual y posteriormente se comparten y valoran con el resto. El método tiene, por tanto, dos etapas:
Previo a la reunión:
- Invita a tu equipo: envía la pregunta o problema a los participantes en la reunión.
- Generar ideas individualmente y de forma anónima, para evitar la influencia de la jerarquía empresarial.
- Recopilar la ideas. Nordgen usa una aplicación gratuita llamada Candor, que ya se utiliza en empresas como Google o IBM; pero un papelógrafo o pizarra podrían servir también.
Durante la reunión:
- Exponer todas las ideas. Cada persona habla de su idea brevemente y el resto escucha, de momento sin evaluar.
- Discutir sobre las ideas. Debate abierto, eliminando ideas no válidas, agrupando otras, mejorando las existentes y añadiendo las nuevas que surjan.
- Votar por las ideas, también de forma anónima; el propio Candor tiene un sistema para ello.
Te sorprenderá, pero en apenas 20 minutos se puede hacer todo este proceso, lógicamente hay que sumar el tiempo previo de cada persona, pero sin duda produce un aumento en la productividad y calidad de las ideas.
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