Murakami para emprendedores

En los últimos tiempos, han proliferado los artículos sobre la manía de correr… Y contarlo. Algunos posts ofrecen una crítica divertida sobre cómo aparentar ser un experto corredor o runner, otros como @qtorb nos cuentan por qué correr ofrece algo más que endomorfinas y otros, como @angelmaria, nos recomiendan el equilibrio entre cuerpo y mente. Sea como fuere, he pensado que el libro de Haruki Murakami, De qué hablo cuando hablo de correr, sí que nos ofrece unas lecciones muy interesantes sobre cómo el deporte nos puede ayudar a mejorar nuestro negocio. En su obra, el escritor japonés nos cuenta cómo afrontar los entrenamientos, cómo seleccionar las carreras o qué beneficios le reporta la práctica deportiva. Emprender es una carrera continua.

Te sugiero alguna de las claves para que veas qué puedes aprender del libro. Y si eres corredor, no dejes de apuntarnos otras tantas diferentes. No, no hay spoiler en el post.

  1.  La constancia y la perseverancia dan resultado. Murakami corre a diario desde 1982. Se ha entrenado en diferentes países y altitudes. Ha aprendido a entrenar, pero no ha dejado que transcurran más de dos días sin salir a dar una carrera. El secreto de su éxito como novelista radica más en el trabajo diario que en las aptitudes previas.
  2. Huye de los templados. En otro post ya escribí que no existe el emprendedor a tiempo parcial. El autor nos cuenta: «cuando proyecto hacer algo, sea lo que sea, no me quedo satisfecho si no me involucro al cien por cien«. Así debe ser. No cabe emprender sin voluntad. Crea un equipo que quiera implicarse tanto como tú.
  3. Correr es multilocal. El libro cuenta diferentes experiencias en Atenas, Nueva York o Tokio. No se corre igual. Cambian las circunstancias. Igual debe hacer el emprendedor: tiene que internacionalizarse, competir en diferentes mercados y luego adaptar nuestros bienes o servicios a cada una de las necesidades locales. Solo así se pueden alcanzar resultados.
  4.  Ordena los discursos y las ideas. El escritor corre para distraerse de la actividad diaria y de la repetición monótona. Ya hemos hablado en otras ocasiones de la necesidad de relacionarse con gente de otros entornos, de salir del circuito de conferencias y encuentros monotemáticos y abrir la mente. Para eso sirve correr: fuera de tu puesto de trabajo puedes encontrar la palabra que buscas, ordenar las ideas o replantear el modelo de negocio.
  5. El talento natural es limitado tanto en la literatura como en la empresa. Claro que hay genios que no necesitan esforzarse, pero son pocos. Es más inteligente conocer los propios límites y concentrarse en ellos. No trates de ser el director comercial, el informático, el becario y el contable, todo a la vez. No funciona: concentra tu esfuerzo allí donde tienes talento y sé constante. «Por fortuna, estas dos capacidades, a diferencia del talento, se pueden adquirir a posteriori mediante entrenamiento».
  6. Busca tu estilo. Murakami cuenta que no daba con un entrenador ideal, porque todos querían imponerle un estilo cerrado, contra su propia naturaleza. Hay que conocer las normas y la técnica… Precisamente para saltar sobre ellas y crear algo nuevo, innovador y diferente. No te quedes con «esto siempre se ha hecho así», porque es el principio del final.
  7. Y no tengas mal perder. Emprende un negocio, luego otro y posteriormente un tercero. Si has fracasado en uno, no pierdas más tiempo. Evalúa las razones que te han llevado a fallar y sigue el camino. Si quieres más precisión financiera, huye de los costes hundidos. Porque, como acierta Murakami, «creo que perder es, en cierta medida, algo difícil de evitar. Una persona, sea quien sea, no puede ganar siempre«.

Hay mucho más en el libro. Pero prefiero que lo leas… Eso sí, a modo de conclusión, cito textualmente al autor: «Los tiempos individuales, el puesto en la clasificación, tu apariencia, o cómo te valore la gente, no son más que cosas secundarias. Para un corredor como yo, lo importante es ir superando, con sus propias piernas y con firmeza, cada una de las metas. […] Y, a base de tiempo y de años, ir acumulando una por una carreras de ese tipo, para, finalmente, sentirse satisfecho».

Como yo lo veo, el emprendimiento tiene mucho que ver con esta idea del trabajo, el esfuerzo y la satisfacción propia. ¡Hasta la semana que viene!

 

Imagen @sergis blog distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0

Exit mobile version