Seguramente a estas alturas hayas escuchado y leído más de un millón de veces que en Internet el contenido es el rey. Y así es, para las personas y también para los buscadores. Precisamente, la última actualización algorítmica de Google, bautizada como Panda 4.0, ha dado un paso más en esa misma dirección, a la hora de premiar en sus resultados de búsqueda a páginas que están apostando por el contenido.
Con todo, buscadores al margen, no hay que perder de vista que no todo vale en cuestión de contenidos y que nuestro principal objetivo siempre debería ser llegar a las personas, que son quienes nos van a leer y quizá comprar.
Al calor de la importancia que han ido cobrando los contenidos en Internet, estrategias como el marketing de contenidos y el storytelling han ido ganando protagonismo y también cada vez más se escucha hablar del copywriting como técnica para conseguir vender más y más mejor.
Ahora bien, todavía existe una cierta confusión sobre lo que realmente es el copywriting y en qué y cómo nos puede ayudar. Y ahí es donde quiero llegar: ¿En qué consiste exactamente el copywriting y en qué se diferencia del marketing de contenidos? ¿Son lo mismo?
Para empezar, no. El marketing de contenidos y el copywriting se podrían considerar técnicas hermanas, pero no son lo mismo.
Mientras el marketing de contenidos se basa en crear contenido interesante para nuestros usuarios de una forma regular, el copywriting supone dar un paso más allá en cuanto a que es una técnica de escritura persuasiva (no confundir con intrusiva), que va directamente al grano y nos ayuda a guiar al usuario hacia una acción concreta. No en vano, un copywriter es un profesional que crea textos publicitarios…
En qué te puede ayudar aplicar el copywriting a tu negocio online
Esta técnica de escritura se basa en depurar y optimizar un determinado contenido (ya sea un artículo del blog, una ficha de producto o el texto de una sección estática de nuestra web como pueda ser la página de “Quiénes somos”), para orientarlo hacia un objetivo muy específico. Su misión es seducir y persuadir al usuario, provocándole las ganas de que haga lo que realmente nosotros buscamos que haga (suscribirse a nuestro boletín de noticias, seguir navegando y descubriendo nuestra web, comprar, pedir un presupuesto…).
Básicamente se podría decir que el copywriting consiste en el arte de dar con las palabras adecuadas y ponerlas al servicio de nuestros objetivos de conversión.
Es una técnica que en determinado momento se puede llegar a subestimar, porque en general todavía no estamos plenamente convencidos del poder que pueden tener las palabras para ayudarnos a conseguir nuestros objetivos. Gran error.
Volvemos al principio: sí, el contenido en Internet es el rey. Pero yo lo matizaría: el contenido estratégico es el rey. Y esta finalidad estratégica deberá estar presente en todas partes: desde el mensaje de bienvenida de la home hasta las nomenclaturas del menú de navegación, la sección «Quiénes somos» (y qué podemos hacer por nuestros usuarios) o cualquier ficha de producto.
La máxima del copywriting es persuadir, pero sin resultar intrusivo o invasivo, como puede serlo un mensaje netamente publicitario. Para conseguirlo, se trata de enfocar el mensaje en el usuario y en los beneficios que le puede reportar lo que le contamos y lo que le ofrecemos. No eres tú, no es tu empresa: es él, tu usuario, tu cliente.
Imagen: Alberto Nue