En este blog se habla bastante de redes sociales, desde contenidos teóricos a guías y tutoriales, muchas veces con el enfoque de qué se debe hacer y por qué. Pero no hay que olvidar que de todo se aprende y a veces es más importante tener claro lo que no hay que hacer.
Más que una reflexión, se trata de diversas acciones que se deben evitar una vez que nuestra empresa ha decidido contar con una presencia activa en medios sociales. Algo que se debería haber hecho después de tomar una serie de decisiones: ¿qué vamos a hacer?, ¿con qué objetivos?, ¿tenemos recursos?
Esta es mi lista, cualquier aportación será bienvenida en los comentarios:
No escribas todo en mayúsculas
Algo repetido hasta la saciedad, pero que sigue pasando. Cuando vemos a alguien que escribe todo en mayúsculas, nos damos cuenta al momento de que o está de broma o es alguien que ha usado Internet por primera vez en su vida. Esto es extensible a escribir con demasiados signos de exclamación o interrogación: o nos dirigimos a gente poco cultivada o despertaremos las burlas y la ira del resto del mundo.
No hagas las cosas sin pensar
Pensar 5 minutos antes de crear un nuevo perfil, de instalar un plugin en WordPress o de publicar debería ser obligatorio (o eso, o los programas deberían preguntar a ciertas personas). Mientras no se desarrolle una tecnología a prueba de temerarios, es mejor pensar. No hay que estar en todas las redes del mundo, ni tenemos que probar cada producto nuevo que sale (otra cosa es reservar el nombre).
No ignores la tecnología
Aunque siempre se dice que «la tecnología es lo de menos«, mi experiencia es que constituye una barrera que genera ansiedad a nuevos usuarios. Es muy bonito (e importante) hablar de estrategia y objetivos, pero aunque los conocimientos tecnológicos que hay que tener para trabajar con medios sociales y blogs no son demasiado elevados, no es algo que haya que obviar.
Es necesaria una soltura mínima y ser usuario habitual ayuda a entender de primera mano lo que puede interesar a la gente. Si de verdad se hace una apuesta seria por los medios sociales, es recomendable usarlos también a nivel usuario. Todavía se siguen haciendo perfiles en Facebook para empresa, cuando se sabe de sobra que no se puede y que se deben crear páginas, no perfiles.
No seas pesado
A todos nos gusta que nos hagan caso, pero no es fácil. Hace unos años el hecho de que una pyme abriera una página en Facebook o un blog podía ser algo llamativo en ciertos entornos. Ya no. Así que para destacar entre la marabunta de páginas, blogs y vídeos de gatitos, la tentación de hacer spam a diestro y siniestro está ahí. Que nos hagan la cruz por pesados no es una buena forma de empezar. Hay que tener paciencia: construir algo lleva tiempo. Si quieres ver resultados rápidos, haz una campaña SEM o display (que morirá en cuanto cortes la inversión, claro).
No borres las cosas que no te gustan
Que la comunicación sea bidireccional tiene la pega de que habrá que escuchar cosas que no nos gusten. Es importante decir que si esto ocurre, al menos estamos comprobando que la gente sabe que estamos ahí. En cualquier caso, es normal que nos pongamos nerviosos: ver las críticas desde el otro lado genera inseguridad.
Es muy fácil hablar de crisis de reputación y lo que hay que hacer, pero hay gente que sabe poner de los nervios. Por eso hay que rebajar la importancia de lo que ocurre: generalmente, no será para tanto. En una tienda siempre hay alguien que se queja, ¿no? Pues es lo mismo: hay que gestionarlo con mano izquierda, no poner un esparadrapo en la boca.
No tengas miedo a borrar lo que haya que borrar
El excesivo «buenrrollismo« puede llevarnos a aguantar más de lo que debemos. No es así: hay gente a la que hay que echar del bar. Las normas deben quedar claras y el que no las cumpla no tiene porqué estar allí. El respeto tiene unos límites.
No te obsesiones con el tamaño, pero tampoco lo desprecies
Generalmente tenemos dos posturas: la del «recién llegado» que quiere volúmenes masivos, sin importarle quién ni porqué. Y la del «consultor» de segunda, que repite cual mantra: «lo importante es la calidad«. Es cierto que la calidad es más importante que la cantidad, pero sin un volumen mínimo es difícil despertar interacciones.
No renuncies a tus propias herramientas
Como último consejo: no sabemos qué red social estará de moda dentro de 3 años. Google Plus no ha terminado de despegar, en algunos aspectos Facebook muestra síntomas de agotamiento, Twitter no ha terminado de hacerse masivo… Pero los blogs siguen funcionando y toda empresa debería tener una web. Tener nuestro propio espacio es importante: construyamos en nuestro terreno.
Esta lista es un pequeño compendio de los fallos que más me llaman la atención y que veo que siguen siendo muy comunes. Hay muchos más (algunos los he dejado fuera a propósito), ¿qué otros errores destacaríais?
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