Las empresas deben ser dirigidas por profesionales que lideren los proyectos empresariales y no por personas con mentalidad de “jefe”.
¿Pero qué es un líder? En mi opinión, un líder es aquel que sabe dónde va y los demás le siguen. Un buen líder debe dar para recibir.
Estos son, a mi juicio, los doce requisitos que un buen líder debe trabajar a diario:
- La confianza. No hay ninguna persona que quiera seguir a un líder al que le falte valor y confianza en sí mismo, y ésta se basa en el conocimiento de uno mismo y del trabajo que hace diariamente. El valor inquebrantable es aquel que no se puede romper. Si no crees en ti mismo, ¿cómo puedes pedir a los demás que lo hagan?
- El autodominio. Es la capacidad humana que ayuda a controlar los impulsos. El líder que no puede dominarse a sí mismo, jamás podrá «dominar» a los demás.
- La justicia. No es más que el principio moral que lleva a obrar y juzgar siempre a las personas respetando la verdad y dando lo que corresponde a cada uno. Sin un sentido de nobleza y de justicia, ningún líder puede influir en las personas ni ser respetado por ellas.
- La decisión. Es la determinación o resolución que se toma en cada momento y el producto final de un proceso mental. El líder que duda de sus decisiones demuestra que no está muy seguro de sí mismo y, por descontado, no puede dirigir con éxito a un equipo.
- La planificación. Es el proceso por el que se organiza, dirige, controla y analiza la evolución de un plan. Si planificas tu trabajo, podrás tomar mejores decisiones. Un líder no puede actuar solamente por intuición, sin contar con un plan bien definido.
- El trabajo. Trabajar es realizar una actividad que requiere un esfuerzo físico o mental. Un buen líder tiene que trabajar más que los demás y demostrar con su implicación, responsabilidad y planificación que las dificultades se superan con esfuerzo. Debe estar siempre dispuesto a hacer más de lo que exige a los demás.
- La personalidad. Es el conjunto de características y patrones que nos definen como seres humanos y que nos diferencian de los demás. Una personalidad agradable ayudará a un líder a ser respetado y valorado.
- La simpatía. Es una manera de ser, una forma de actuar, es un sentimiento de afecto de una persona hacia la actitud o el comportamiento de otra. El líder debe ser simpático con las personas que le rodean.
- La comprensión. Es un proceso mental; es la aptitud o capacidad que tenemos para comprender, entender e interpretar las cosas y a las personas que nos rodean y sus problemas.
- Los detalles. A menudo los pequeños detalles son la diferencia entre dos personas, dos productos o dos momentos. El líder tiene que cuidar los detalles con las personas de su equipo.
- La responsabilidad. Es el valor de reflexionar, administrar y controlar todo lo que hacemos, y que guarda relación con la asunción de las consecuencias de nuestra forma de actuar. Un buen líder debe de tener la voluntad y el deseo de asumir responsabilidades para bien o para mal. Los aplausos son para los subordinados, la responsabilidad es para el líder.
- La cooperación. Ligada a la colaboración y coordinación, la cooperación es un proceso para conseguir las metas u objetivos del equipo. El líder debe comprender y aplicar el principio del esfuerzo, de cooperación y colaboración, además de coordinar y ser capaz de inducir a sus seguidores a que hagan lo mismo.
¿Crees que falta algún requisito importante?
Yo añadiría que una de las principales dificultades por las que no conseguimos ser buenos líderes es porque no encontramos el equilibrio entre estos doce puntos. Aplicamos unos mejor y otros peor y además a “rachas”, por lo que el seguidor, el compañero de trabajo, las personas que nos rodean no se sienten identificados con el líder, ni con el proyecto, ni con la empresa y no le siguen donde él quiere, van hacia donde pueden. El secreto es encontrar el equilibrio de todos estos requisitos, porque la rutina, la falta de organización y/o la mala planificación hacen que incumplamos algunos puntos y el resultado final no sea el esperado.