¡Por fin viernes! Dicen que la cara es el espejo del alma, y hoy las sonrisas nos delatan. Ni porras con ron, ni tostadas con whisky. Simplemente nos hemos tomado un chupito de ilusión. El vaso está medio lleno, cuando ayer lo veíamos medio vacío. Y si el lunes deambulábamos por la oficina, a las puertas del fin de semana todo es diferente. Pero, ¿por qué no tenemos esta actitud el resto de días?
Pasamos más de un tercio de nuestras vidas trabajando, prácticamente la mitad del tiempo que estamos despiertos. Y muchos compartimos más momentos con los compañeros de la oficina que con nuestras parejas y amigos. No vale la pena estar amargado. Mucho mejor divertirse. Y reírse alarga la vida. Por ello, las mayores empresas del mundo fomentan el buen humor.
Está comprobada la relación entre la diversión en el trabajo y el aumento de la productividad. Experimentalmente, han demostrado numerosos efectos de las emociones positivas sobre la creatividad, la toma de decisiones, la motivación, la memoria y otros elementos del desempeño. La psicóloga Alice Isen justificó que la posibilidad de resolver un problema creativo complejo aumentaba de un 11-16% a un 58-75% tras ver un vídeo cómico de 5 minutos.
En el trabajo hay que ser serio, pero no solemne. Y cualquier toque de humor puede tener efectos significativos. Un jefe que haga reír a sus empleados no sólo es mejor valorado, sino que aporta un plus. De varios estudios se desprende que el uso del humor por parte del jefe se asocia con un mejor desempeño y satisfacción, así como con una mayor cohesión del grupo.
Pese a que los empresarios no conozcan todos los beneficios al detalle, cada vez son más conscientes de las ventajas que conlleva propiciar ambientes divertidos. Nadie duda de los beneficios de trabajar en un entorno agradable, pero divertirse suele constituir la última de las prioridades. Y es que a algunos que les tienden la mano, terminan agarrándose al codo y abusan de la confianza. En cualquier caso, Eduardo Jáuregui, de la consultora Humor Positivo, nos desvela algunas píldoras para divertirse en el trabajo.
1. La empresa no es un circo
Apostar por la diversión en el trabajo no significa convertir la empresa en un circo. La idea es introducir un poco de chispa, sin olvidar los objetivos serios de la organización. Eso sí, podemos perseguir esos retos sin ser solemnes.
2. La diversión, valor corporativo
Compromiso, calidad, innovación… menudo rollo. Qué oportunidad más grande pierden la mayoría de las empresas, a la hora de elaborar su misión y su lista de valores, si no tienen en cuenta el objetivo número uno de todo ser humano en el trabajo: disfrutar con lo que hace. ¿Cómo quieren que sus empleados se identifiquen con esta lista si dejan fuera la principal?
3. Tener una actitud bondadosa
Si la intención de crear una empresa divertida es genuina, deberá brotar de una actitud bondadosa hacia los miembros del equipo humano, los clientes y la gente en general. Jáuregui resalta que muchas de las compañías que mejor representan el modelo de la “empresa divertida” suelen tratar a sus recursos humanos no sólo como recursos sino como humanos, e incluso a menudo demuestran un espíritu solidario hacia la comunidad local, nacional y planetaria. Son empresas y, evidentemente, persiguen el beneficio económico. Pero no es lo único que les interesa.
4. Dedicar un poco de imaginación y recursos al espacio en el que se ubica
Una manera básica de crear un entorno divertido es dedicando un poco de imaginación y recursos al espacio en el que se ubica: la arquitectura, la decoración, los colores y todos los elementos que rodearán a los empleados. Desde Humor Positivo resaltan ejemplos como el de Google, que tiene un tobogán que conecta una planta con otra, o el de la agencia de publicidad La Despensa, que posee una «palanca disco» que al activarla apaga las luces de oficina y enciende las de discoteca. Si el presupuesto es menor, Jáuregui asegura que basta pensar en posters simpáticos, juguetes de oficina o algún mueble u objeto original de decoro.
5. Rechazar a los muermos
Si pretendemos que los empleados se diviertan, habrá que escoger bien a los nuevos compañeros.
6. Recibir a los nuevos empleados con una fiesta
Las primeras impresiones son fundamentales. Por ello, la acogida que se les dé a los nuevos empleados condicionará poderosamente su imagen interna de la empresa. Más allá de que los procesos burocráticos funcionen a la perfección, es importante dedicar un esfuerzo para integrarles en la red humana, y para que su concepto de la organización como un lugar amigable y festivo no quede traicionado por una recepción fría y poco acogedora. Jáuregui sugiere recibirles con una fiesta en su honor o con algún rito especial para conocerles.
7. Velar por el buen rollo
Desde Humor Positivo recuerdan que varias empresas han creado un rol interno o un «departamento» con la responsabilidad de velar por el buen rollo. Introducir toques divertidos en las comunicaciones internas, formar a los empleados u orientar procesos de Recursos Humanos, e incluso incluir la actitud positiva y divertida como criterio de evaluación puede tener estupendos resultados.
8. Liderar con el ejemplo
“Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única”. Si queremos fomentar el humor, Jáuregui considera vital liderar con el ejemplo. “En una estructura jerárquica, como una empresa, la alta dirección debe demostrar que está dispuesta a jugar, bromear y reírse un poco de sí misma”. En Southwest los directivos siempre se disfrazan en los eventos corporativos.
9. Festejar todo lo que se pueda
Las fiestas son importantes en todas las culturas humanas. No hay nada como un encuentro festivo para unir a un grupo de personas, olvidar los malos momentos y motivarles hacia el futuro. Las celebraciones son las ocasiones ideales para reforzar mensajes y valores clave, iniciar o finalizar fases de un proyecto conjunto y fortalecer el sentimiento de identidad común. “La empresa divertida es la que celebra siempre que puede, y a lo grande”, remarca.
10. No obligar a participar
No debemos olvidar que cuando en la empresa se celebran eventos dirigidos a fomentar el buen ambiente, hay que respetar a los compañeros reacios a este tipo de acciones y no obligarles a participar. El respeto a los demás es lo primero.
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