El secreto de la riqueza de un país es la innovación. Pero la innovación es un proceso social que requiere coraje, estar dispuesto a reinventarse, líderes que potencien la dimensión colectiva de nuestras organizaciones. La crisis que vivimos es sobre todo una crisis de liderazgo.
El problema básico que tenemos reside en el comportamiento de nuestras empresas y organizaciones que no favorece estas dimensiones colectivas y sociales de la empresa que necesita la innovación.
Cuanto más rápido entendamos y compartamos el diagnóstico, mejor. Pero no basta con repetir el nombre de la medicina “innovación”, hay que tomársela y poner los medios, cuanto más esperemos más se acrecentará la crisis en la que vivimos.
La nueva base de la competitividad: el nuevo paradigma de lo “colectivo”
La crisis no es tanto una crisis como un cambio de paradigma social y empresarial.
Y la salida de la crisis requiere situar la innovación como principal reto empresarial, lo que implica nuevas formas de gestionar el talento de forma colectiva.
El nuevo paradigma implica velocidad, implica que lo que sabemos del pasado cada vez nos sirve menos para predecir el futuro. El éxito será de aquellas organizaciones que puedan aprender, reaprender y reinventarse más rápidamente.
La reinvención implica aprendizaje colectivo, coraje para cambiar y esto requiere grandes dosis de liderazgo que favorezca el cambio colectivo.
El nuevo paradigma implica complejidad en un mundo donde la caducidad y la sobreinformación son inmanejables y exigen nuevas formas de toma de decisiones y un nuevo tipo de líder que sepa crear entornos colectivos donde se tomen más rápidamente las mejores decisiones, que no se vean paralizadas por la complejidad.
El nuevo paradigma se ha convertido en una revolución del management que se apalanca en la tecnología, pero que es una revolución de valores que habla de compromiso, transparencia, colaboración, meritocaracia, creatividad y talento como nuevas bases de la innovación, pero que sobre todo requiere un nuevo tipo de liderazgo que entiende la dimensión social de la innovación, su dimensión colectiva.
Nuestros líderes anclados en el paradigma del pasado
La puerta del bienestar económico, la de la salida de la crisis implica adelantarse señalando nuevos destinos, la innovación proactiva «cambiar cosas cuando funcionan bien antes de que lo hagan los demás» en empresas, instituciones sociales y administraciones públicas, pero nuestros líderes actuales actúan conforme a los viejos paradigmas.
Nuestros líderes políticos, nuestros líderes institucionales y nuestros líderes empresariales nacieron y se han desarrollado en instituciones, administraciones y empresas creadas para otros paradigmas más estables y predecibles, donde han sido socializados en viejas reglas y culturas.
La crisis económica, la crisis financiera, la crisis institucional es una crisis de management y los economistas y políticos no suelen ser expertos en management. La principal dificultad para salir de la crisis es un problema de marcos de referencia “no adaptativos” y de valores de culturas caducas que nos afecta como sociedad, pero que especialmente afecta a nuestros líderes empresariales que deberían actuar como motores del cambio.
Los líderes suelen ser el reflejo de las culturas de nuestras empresas y sociedad, el cambio social provoca un cambio de liderazgo y el liderazgo a su vez provoca cambio social. Una ecuación que debe ajustarse continuamente.
El cambio de nuestros líderes se producirá por la necesidad de regeneración, de reinvención, de transparencia, de entender los nuevos paradigmas, por el cambio cultural de nuestras instituciones y empresas: se necesitan urgentemente líderes que olviden rápidamente las reglas del pasado.
El rol del líder como motor de un liderazgo más colectivo
A menudo nuestros líderes no son parte de la solución, son parte del problema. En lugar de promover los nuevos valores y las nuevas formas de gestión generadoras de riqueza, intentan aplicar viejas soluciones a nuevos problemas: piden más esfuerzo, no piden más inteligencia o creatividad, piden más disciplina y orden en lugar de dar más flexibilidad.
Las nuevas formas de entender la empresa, el talento humano, el papel del compromiso, la creatividad y de los nuevos valores son la solución para el dinamismo económico que potencia la innovación.
Se trata de favorecer entornos sociales y económicos que favorezcan a nuevos emprendedores y líderes. Entornos empresariales donde lo colectivo y lo social sea más importante.
La innovación es el reto empresarial de nuestro siglo, es un proceso social. El liderazgo es cada vez más un liderazgo que potencia lo colectivo y la colaboración. El talento individual es necesario pero insuficiente: la creatividad y la innovación son procesos basados en conversaciones, la inteligencia es cada vez más colectiva, el nosotros debe revalorizarse frente al yo. Este el gran cambio de nuestras organizaciones.
El rol de los líderes está llamado a cambiar dando más protagonismo a los mecanismos sociales y colectivos de la empresa.
El rol del líder como el motor del cambio es fundamental para crear estos nuevos entornos innovadores donde la principal misión del líder es que lideren otros, es crear más líderes, es generar aprendizaje, inteligencia y decisión colectiva de nuestras organizaciones (empresas, administraciones públicas e instituciones sociales).
La generación de riqueza es algo que se hace desde la empresa, desde los emprendedores, desde las administraciones e instituciones públicas y si la naturaleza de las reglas de gestión, si el management está basado en el pasado, la denominada crisis continuará.
¿Tendremos líderes que actúen como motores del cambio? ¿Cómo potenciamos el cambio?
Foto © Victor1558, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0