Con más de 165 vacunas en desarrollo en todo el mundo, 29 de ellas en fase de pruebas con seres humanos, el covid-19 ha unido la raza humana en una cruzada donde las inteligencias artificiales se han convertido en una herramienta invaluable para los científicos.
Así es, mientras las películas nos muestran la inteligencia artificial (AI por sus siglas en inglés) como una amenaza para la raza humana la realidad es otra, son una herramienta que están cambiando al mundo y ayudando a sus amos biológicos.
En este campo la inteligencia artificial está desempeñando dos roles fundamentales: por una parte sugiere nuevos componentes de las vacunas, tras analizar la estructura molecular del virus, y por otra, analiza y agrupa nuevos estudios sobre el covid-19 que son publicados en diferentes lugares del planeta.
Deepmind, una división de Google, analiza millones y millones combinaciones de aminoácidos y entrega, en forma gratuita, estos datos a los investigadores, de todo el planeta, para sintetizar posibles compuestos proteínicos que pueden ayudar a combatir el Covid.
Datos abiertos que ahorran meses de trabajo
El Instituto Allen para inteligencia artificial, -creado por el filántropo y difunto creador de Microsoft: Paul Allen-, montó, junto a otras organizaciones, la primera base de datos abierta de investigación sobre el covid-19 (CORD-19 por sus siglas), que les permite a los científicos ahorrar meses, incluso años de investigación, al consultar los resultados de estudios de cientos de colegas en todo el planeta.
Incluso más allá del virus en sí mismo, las AI han ayudado a detectar y combatir la expansión, como es el caso de Bluedot que fue el primero que encontró un aumento anormal de casos de neumonía, en China, generando alertas a las instituciones de salud y posteriormente empezó a crear vectores de propagación del virus que fueron acertados.
Otro punto en el cual la AI está impactando el covid es en el desarrollo de robots que pueden realizar labores de desinfección, sin arriesgar al personal sanitario, o incluso funcionando como robots enfermeros que pueden llevar la comida a los pacientes.
Y los más impresionante de todo este fenómeno es que apenas estamos empezando a ver la punta del iceberg del inmenso potencial de la inteligencia artificial en el sector salud, una industria que se perfila para generar más de 45 mil millones de dólares, para 2026, y que promete mejorar la calidad de vida de todos.
Las AI llegaron para quedarse.