La fórmula del éxito: 50% Tú y 50% Tao

El primer post que publiqué este año para Con Tu Negocio se titulaba Todo depende de ti, ya que me parecía la mejor manera de empezar 2013, recordando a todos que está en nuestras manos cambiar las cosas, invitar a dejar de lamentarse y actuar, para que al menos al final de tus días puedas decirte: “hice todo lo que estuvo en mi mano“.

Días más tarde publiqué otro en mi blog donde hablaba justo de lo contrario, que nada depende de nosotros, invitando a todos a aceptar «el fluir» de la vida. Hoy me toca explicar la fórmula correcta para que un proyecto empresarial funcione (y en general todo en la vida): el 50% depende de ti (la idea, tu esfuerzo, el equipo, la ejecución…) y el otro 50% depende de «otras cosas». A esas «otras cosas» cada uno las llama como quiere: suerte, Dios, el mercado, circunstancias externas, universo, el momento, la consciencia… Yo me quedo con la palabra Tao, ya que me gusta cómo la define Lao Tse en el Tao Te King:

Pero lo que está claro es que, por más grande que sea nuestro ego, hemos de admitir que el éxito no depende solo de nosotros. Vázquez-Figueroa me lo contaba un día de esta manera: «mira, seguramente sea el que más libros haya vendido en la actualidad, pero también soy el que menos sabe de literatura, si yo supiera algo de cómo repetir un éxito en lugar de haber escrito 80 bodrios habría escrito 4 o 5 ‘Tuareg’ y ya está». Creo que esto ayuda mucho para asumir los fracasos, porque la fórmula es recíproca, es decir, si algo sale mal a veces no es porque nosotros hayamos hecho mal nuestro trabajo, sino por el Tao. Compartir esa responsabilidad hará que vivas la vida de otra manera y que veas tu empresa de una forma diferente.

Realmente esta fórmula ya la expresó hace años San Ignacio de Loyola con la longitud adecuada para un tweet:

Y más en nuestros tiempos recomiendo la siguiente charla de Elizabeth Gilbert, donde habla del genio de la creatividad y cómo en los momentos creativos hay una parte, que es la inspiración, que no depende de nosotros. Sólo cabe esperar que nos pille trabajando cuando llegue:

 

Foto @kevin dooley, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0

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