Ironhack se ha propuesto dar solución al vacío en talento en tecnologías de la información (TI) que muchos sectores de negocio en crecimiento demandan y que, sin embargo, no encuentran en el mercado laboral.
Ariel Quiñones y Gonzalo Manrique son sus fundadores y quieren convertir Ironhack en la escuela de negocio de referencia para código en el mercado español y latinoamericano.
Sus profesores vienen desde sus empresas en Reino Unido, Alemania, y también de España (Ebay, Spotify, Xing, Idealista y Tuenti). “Nuestro principal esfuerzo ha sido que nuestros profesores sean hackers que enseñan de modo práctico a utilizar tecnologías reales”. Su modelo de negocio es ágil y sin apenas infraestructuras. Imparten cursos de 400 horas por los que ya han pasado 75 alumnos.
P.- ¿Qué falla en el diseño curricular en nuevas tecnologías en España?
Una desconexión brutal entre la demanda de tecnologías de programación y la metodología de enseñanza en las instituciones académicas, entre el profesorado y las necesidades reales de las empresas. Sucede también en los sistemas educativos de otros países, al insistir en una enseñanza teórica y no práctica, con demasiado interés en acumular títulos. El caso de España se ve agravado por la crisis económica. Paradójicamente, cada vez salen menos graduados en informática, a pesar de que hay una interesante demanda de contratación de nuevos perfiles en TI en sectores en crecimiento, quizá porque los jóvenes sienten frustración al constatar que las carreras no enseñan precisamente lo más relevante. Nos encontramos con ingenieros e informáticos con un alto nivel en materias como algoritmia, que sin embargo no saben programar.
P.- ¿Cuáles son los perfiles en nuevas tecnologías más demandados en este momento?
Por una parte, programadores web y en este momento concreto programadores de movilidad en IOS y Android, pero también se buscan perfiles mixtos de personas con capacidad de diseñar (usabilidad) al tiempo que programan para el front. Otro perfil muy buscado es el de profesionales de marketing mixto, que entiendan y manejen nuevos conceptos mediante la utilización de herramientas muy técnicas para la adquisición de clientes.
P.- ¿Qué ventajas aporta Ironhack frente a ese vacío educativo en TI?
Operamos con profesores que no son docentes, sino profesionales directamente relacionados con la tecnología. Si vemos una oportunidad de enseñar tecnologías que van a ser punteras a tres meses vista, podemos desarrollar los temarios con facilidad y velocidad, los actualizamos constantemente en función de las tecnologías de mayor demanda.
P.- ¿En qué áreas de negocio trabajan vuestros alumnos una vez completada su formación?
En todo tipo de sectores, sobre todo startups. Las pymes que están desarrollando productos con planteamientos más innovadores de tecnología necesitan un retorno muy rápido de la inversión en programadores. Su modelo de negocio no les permite el lujo de formar a los contratados que fichan. Por sectores, son empresas que desarrollan comercio electrónico y de consumer Internet, es decir, de productos y servicios digitales. Por ejemplo, nuevas plataformas de empleo para jóvenes, redes sociales o herramientas SaaS (Software as a Service). Se trata de talento “empleable” en España y en el exterior, especialmente son muy buscados en Londres y en Berlín.
P.- ¿Cómo nació Ironhack?
Gonzalo Manrique y yo venimos del sector de negocios, no procedemos del entorno de la programación. Hicimos un MBA en Estados Unidos con la intención de emprender y nos encontramos con el mismo problema que todo emprendedor de este perfil: quieres crear un producto, pero no tienes las herramientas para hacerlo, así que la opción es buscar un desarrollador –que no encuentras- o subcontratar el desarrollo a terceros, lo cual se va de costes y tiempos.
Pensando en este problema casi universal, surgió la semilla de Ironhack. Miramos el mercado americano, donde estaban surgiendo iniciativas de formación similares y apostamos por empezar en España, porque vimos una oportunidad de atacar el paro juvenil y a la vez fichar talento de muy alta calidad a precios más competitivos, si se comparan con el mercado norteamericano.
P.- En concreto, ¿cuál es vuestra propuesta de formación?
Nuestro objetivo es enseñar buenas prácticas que sirvan al alumno en su vida profesional: agilidad, código limpio, desarrollo por medio de pruebas, etc. Nos diferenciamos de otros por el contenido y el enfoque práctico de la enseñanza.
En cuanto al contenido, tenemos dos líneas de producto con las tecnologías más punteras: Uno es el de tecnologías web, con el conjunto más amplio de herramientas tecnológicas, desde el front al manejo de base de datos con el back-end (HTML, CSS, Ruby on Rails, Javascript). La otra línea es la formación para el desarrollo en tecnologías IOS, un mundo diferente al de web por las limitaciones de recursos del dispositivo (CPU, memoria, batería), pero que a la vez posee sensores y otras funcionalidades que no tiene un ordenador.
Por lo que se refiere al enfoque práctico de nuestra metodología de enseñanza, utilizamos el flipped classroom o aula invertida, por el que el alumno estudia el módulo teórico en su casa y después viene a Ironhack a experimentar. Más del 90% de su tiempo se dedica a programar, solo o en pareja, para simular entornos reales de trabajo en equipo.
Todos nuestros profesores son hackers, auténticos cracks de la programación y profesionales creativos con nuevas maneras de ver las cosas más allá del statu quo. Actúan como profesores y como mentores, especialmente en las dos últimas semanas, en las que los alumnos han de desarrollar un producto propio desde cero.
P.- ¿Cómo seleccionáis a los alumnos?
Esa es también una clave de nuestra diferenciación. Para un curso de quince alumnos, evaluamos más de cien solicitudes. El criterio fundamental, más que los conocimientos técnicos o calificaciones académicas, es su nivel de motivación, que ha de ser tal que cuando les digamos que van a estar aquí programando más de 400 horas, se les iluminen los ojos, que lo que le mueva sea la experiencia muy intensa de estar programando. Con alumnos y profesores así, el aprendizaje se convierte en algo diferente de lo que están acostumbrados.
P.- ¿Qué perfiles tienen los alumnos que seleccionáis?
Inicialmente pensamos que la mayoría vendrían del paro, pero la realidad es otra. Buscan reconvertirse, otros vienen del mundo del desarrollo software, pero consideran que trabajan con tecnologías arcaicas o desactualizadas y quieren reorientarse como programadores modernos. Tenemos también alumnos que son autodidactas y programan muy bien, pero carecen de buenas prácticas para desarrollar en entornos profesionales, en equipo. Nos llegan emprendedores de startups con base tecnológica ya consolidadas, pero que nunca han entendido qué hay detrás de la tecnología ni cómo interactuar con sus equipos técnicos. Hemos tenido abogados y alumnos de Administración y Dirección de Empresas (ADE) o Económicas, que nunca habían tocado código y hoy trabajan como programadores.
P.- ¿Les resulta fácil encontrar trabajo?
Desde que arranca un curso abrimos diálogo con las empresas para proporcionarles los perfiles que necesitan. Son trabajos bien remunerados, además. Tenemos casi un 100% de inserción laboral hasta el momento.
P.- Vosotros que analizáis el comportamiento de la tecnología, de aquí a 15 años ¿qué perspectivas veis?
Vemos que el mundo web quedará atrás, los móviles son algo caliente en este momento, pero no emociona ya a los «ultrafrikis». Creo que la próxima frontera está en las televisiones y el Internet de las cosas, por ejemplo, cómo programar para relojes y otros dispositivos que llevamos encima, lo cual plantea unas exigencias nuevas para el programador, con hardware más pequeño y, por lo tanto, con recursos mucho más limitados y con procesamiento directo a la nube.
Hoy en día quien no sepa emplear Google, Facebook, Linkedin, etc. como canales claves para captar clientes y marketing estará en clara desventaja. Por lo tanto, es fundamental tener un entendimiento profundo de sus APIs (interfaces de programación) para poder aprovecharse de las oportunidades de captación de cliente. De hecho, está surgiendo un perfil muy interesante que es el del growth hacker o el hacker de crecimiento, un experto en marketing que trabaja para conseguir usuarios para un producto utilizando la programación y la tecnología como herramientas imprescindibles.
P.- ¿Cuándo tendrán lugar los próximos cursos de Ironhack?
Tienen una duración de ocho semanas, 400 horas. Habrá uno de Desarrollo para aplicaciones móviles con IOS Madrid, el 2 de junio. Otro de Desarrollo web en Barcelona el 7 de julio y en Miami arrancará uno de Desarrollo web el 8 de septiembre.