El IoT en las Smart Cities ha impulsado la generación de nuevos modelos de producción, en los que se recopilan datos sobre cómo se mueve una ciudad y su población; con el fin de establecer métodos eficientes para hacer uso correcto de los recursos públicos y desarrollar modelos de sostenibilidad de consumo y producción, con un solo fin: impulsar la economía.
Gracias a sensores que se instalan en diferentes puntos de la ciudad se pueden obtener datos de servicios como el transporte, la iluminación, los sistemas de riego, la recolección de residuos, entre otros, para lograr un manejo eficiente y una reducción del gasto público.
Son ciudades potencialmente tecnológicas e innovadoras, que por medio de las TIC gestionan y prestan sus servicios en todos los ámbitos socioeconómicos de sus habitantes. Estos son algunos beneficios de las ciudades inteligentes:
- Sostenibilidad ambiental: municipios con predominio de zonas verdes o con altas tasas de contaminación.
- Mejora de vida colectiva desfavorecidos: invertir en teleasistencia para poblaciones envejecidas.
- Turismo: mejorará la experiencia del turista para fidelizarlo, otorgándoles servicios digitales como apps o puntos de información en su idioma.
- Transparencia y participación ciudadana: como hace Madrid, que ha apostado por una plataforma ciudadana para consultar a los habitantes, hacia donde va su ciudad.
- Movilidad: mejora del transporte público, para controlar atascos o para hacer un recorrido más eficiente y obtener un menor consumo.
Las ciudades inteligentes utilizan las TIC a su favor para mejores la calidad de vida y la accesibilidad de sus habitantes, asegurando un desarrollo sostenible, económico, social y ambiental en un marco de mejora permanente.