El “Internet de las cosas” será el “Internet del todo”. Las posibilidades de conectar dispositivos crecen año tras año de forma exponencial.
La hiperconectividad auspiciada por las API, la potencialidad que proporciona el 5G y la aparición de tecnologías exponenciales como la inteligencia artificial y el blockchain abren un marco de opciones en los próximos años.
En un artículo anterior, se detalló cómo los sectores tradicionales (lineales) están dejando paso a una nueva figura, los ecosistemas tecnológicos.
Nuevos entornos competitivos delimitados por múltiples actores que, apoyados en la tecnología, crean espacios propios de competición con el usuario en el centro de la actividad.
¿Cuál será el punto de conexión?
El “Internet del todo” tendrá una palanca fundamental: los sensores.
Los sensores permitirán recoger millones de datos, transmitirlos en tiempo real y sobre grandes unidades de almacenamiento. Por eso, estos sensores trabajarán sobre la localización (ubicación), el medio ambiente o el movimiento, entre otros contextos.
Para recolectar y almacenar toda esta información, los sensores se apoyarán en el big data y el cloud computing, y en las tecnologías wireless: RFID, NFC, Zigbee, etc.
Y ambas actividades definirán el marco de actuación sobre el proceso productivo (eficiencia operativa) y proceso comercial (eficiencia comercial).
Hay que destacar que compartir información permitirá una mayor coordinación entre la cadena de suministro, el seguimiento de productos o trazabilidad y la integración entre la previsión y la programación de la producción.
En sectores como Energía, Logística, Automoción, Robótica, Salud, Moda, Agricultura o Distribución comercial se están viendo ya las primeras iniciativas (desde recogida de información en temas agrícolas a la robotización en la producción manufacturera).
Tal es el impacto en algunos países que, según datos del Metropolitan Policy Program, en Estados Unidos hay actualmente 233.305 robots industriales, fabricando todo tipo de productos y conectados, en algunos casos, al sistema de transporte y distribución.
Este tipo de conexiones será, básicamente, de máquina a máquina (M2M, sus siglas más comunes).
‘Internet del todo’ también en casas y ciudades
Además de las industrias propiamente dichas, otros escenarios también entrarán en este “Internet del todo”: las casas y las ciudades.
Esto conllevará que no sólo las empresas se verán inmersas en la transformación, los propios ciudadanos y consumidores serán parte activa del cambio.
Si los smartphones, televisiones y tablets tienen ya un papel relevante en la vida cotidiana, otros dispositivos como las gafas de realidad virtual, los relojes inteligentes, los wearables para el ejercicio físico y la ropa inteligente adquirirán gran transcendencia en este “Internet del todo” en los próximos años.
Si tenemos en cuenta que territorios, empresas y ciudadanos tendrán a su disposición, en todo el mundo, millones de dispositivos que intercambian (y almacenan) millones de datos en tiempo real, los retos a los que enfrentarse este nuevo escenario deberían estar centrados en:
- La seguridad: La ralentización en la adopción de los pagos móviles y a través de wearables es debida a cuestiones relativas a la seguridad, según los propios usuarios. No hay duda de que el robo de información es una constante ya en el mundo de Internet, y el almacenamiento de determinado tipo de datos debe ser una cuestión estratégica tanto para usuarios como para empresas.
Por este motivo, protocolos como blockchain pueden ser de gran utilidad para la autenticación y verificación de usuarios, la trazabilidad de las operaciones o los antes mencionados pagos vía wearables. Todo en tiempo real.
- La información como base del negocio: Cada dispositivo puede ser un recolector de información (a través de los sensores que monitorizan cada actividad) y también un canal de distribución (a través de algoritmos que interpretan esa información y generan productos específicos para ese usuario o empresa).
Una estrategia data-driven debe aplicar la inteligencia artificial para generar productos adaptables y personalizables para sus clientes (sean usuarios finales o empresas).
En un artículo anterior, ya mencionamos cómo algunas empresas están configurando redes neuronales (GAN, por su terminología en inglés) para anticiparse a las tendencias del mercado y crear productos específicos para sus clientes.
En definitiva, el “Internet del todo” adivina un mundo inteligente en el que la información (y su recolección) será su materia prima, en el que todos los objetos serán susceptibles de estar conectados. Un mundo en el que las tecnologías exponenciales (para el cliente, para la operativa empresarial y para la seguridad) serán la herramienta que abrirá el mundo a cualquier persona.