Toda idea emprendedora es internacional, y en la mayoría de las ocasiones aunque su promotor no lo visualice ni lo desee. Tanto las ideas como los emprendedores globales son clave de éxito. Vivimos en la unión económica más avanzada del mundo, hablamos español (lengua materna de casi 500 millones de personas y tercer idioma más hablado en la red), nos visitan al año casi 80 millones de extranjeros, vivimos una economía digital (Internet permite acceso a más de 3.200 millones de internautas, siendo 1.400 millones compradores online) y además las tecnologías facilitadoras son prácticamente infinitas.
Suelo leer que en la internacionalización de startups se recomienda consolidar mercados locales antes de internacionalizarse, y mi experiencia es contraria a esta premisa. Una idea que no nazca con enfoque global condena a su modelo de negocio. La internacionalización es una responsabilidad personal y profesional. Internacionalizarse significa mucho más que pensar en comercialización internacional cross border. Muchos proyectos de emprendimiento y startups no se diseñan con dicho enfoque y tienen dificultades obvias para escalarse.
La principal barrera a la internacionalización somos nosotros mismos. En nuestro modelo de crecimiento personal y profesional no tenemos suficientemente en cuenta que las personas globales tienen más oportunidades, ni que un profesional global siempre va a generar modelos internacionales en esencia.
Internacionalización en clave personal significa:
- Interés por conocer otras culturas, tanto mediante los viajes como de forma virtual.
- Formación en habilidades lingüísticas.
- Educación multicultural y multiidioma.
- Fomentar las amistades y relaciones con personas de otras nacionalidades.
- Vivir Internet con naturalidad.
- Capacitarse en tecnologías facilitadoras.
- Formación en entornos multinacionales.
- Información en medios también internacionales.
Profesionalmente en nuestras empresas debemos ser conscientes de que las ideas y modelos globales tienen más oportunidades. ¿Cómo fomentar este espíritu?
- Pensemos en equipos multinacionales y multiculturales.
- Aprovechemos las oportunidades de la economía digital.
- Valoremos las necesidades de los extranjeros en España.
- Fomentemos y mantengamos nuestra red de contactos internacionales.
- Conozcamos las ayudas existentes en entornos locales, nacionales e internacionales.
- Sepamos que la financiación extrabancaria internacional existe.
- Participemos en proyectos europeos y de cooperación internacional.
- Sintamos la obligación de una formación continua en entornos internacionales.
- Tengamos claro que la cooperación y la colaboración con partners nacionales y extranjeros nos hará crecer.
Y la buena noticia es que no estamos solos. Existe un ecosistema de emprendimiento y de escalabilidad de startups que podemos y debemos aprovechar. Desde incubadoras a aceleradoras, pasando por el mentorizaje, las ayudas públicas y el acceso a la financiación extrabancaria internacional y/o a las redes de business angels. No hay excusa.
Mi experiencia como formador y mentor me dice que cada día más estas píldoras de internacionalización se valoran en etapas de generación de modelos, es decir, desde la idea misma. Así que, como decía el maestro Yoda en Star Wars, “no lo intentes, hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”.
Foto: Luis Jou García