Todavía hay muchas personas que creen en ese mito de que lanzar un proyecto en Internet puede ser directamente sinónimo de quedarse sentado mientras el dinero empieza a caer del cielo: encuentro un nicho interesante, monto mi página web y ya está todo hecho, solo queda esperar a que el dinero vaya llegando a mí, sin más esfuerzos ni complicaciones. Un mito que, sin duda, ha hecho mucho daño y ha provocado muchas frustraciones. Definitivamente, no es así. Internet puede ser un entorno más flexible, pero lo cierto es que nadie regala nada.
De una forma u otra, monetizar un proyecto online requiere trabajo y esfuerzo (más o menos, según el caso). Y aquí me gustaría hablar de la confusión que muchas veces se produce a la hora de hablar de ingresos pasivos y de ingresos activos.
Quizá tú mismo te lo hayas planteado o lo hayas escuchado: mi reto es conseguir ingresos pasivos, porque el dinero va a ir llegando sin tener que complicarme la vida. Es una confusión que directamente se asocia con la catalogación de dichos ingresos como “pasivos”, que equivaldría a “no hacer nada”. Frente a esto, el concepto de ingresos activos se asocia a todo lo contrario: me voy a tener que dejar la piel en el camino para conseguir el objetivo.
Ingresos activos serían aquellos que van a requerir un trabajo adicional por nuestra parte para poder completarse. Es decir, si vendemos un producto a través de nuestra web, luego tendremos que enviarlo, gestionar una posible devolución, atender al cliente, etc. Lo mismo en el caso de un servicio, para poder cobrarlo y generar dichos ingresos, tendremos que prestar ese servicio, lo que implicará un trabajo por nuestra parte.
Ingresos pasivos son los que no nos van a requerir, a posteriori, un trabajo adicional para poder completarse. Ojo, esto no quiere decir que previamente no haya requerido trabajo alguno. Ni mucho menos. Y ahí es donde se produce la confusión, por lo que más que de ingresos pasivos, quizá habría que hablar de ingresos semipasivos. Sería el caso de los ingresos que podemos conseguir mediante la monetización de una página web mediante publicidad de Adsense y banners, programas de afiliados o mediante la venta de algún tipo de «infoproducto» como pueda ser un ebook.
No tendremos que realizar ningún trabajo posterior para conseguir dichos ingresos (pasivos), pero para ello antes deberemos haber hecho el trabajo necesario para conseguir atraer tráfico a nuestra web, lo que ya implica un esfuerzo. Y en el caso concreto del ebook o de algún producto electrónico similar, antes habremos tenido que dedicar trabajo a elaborarlo.
¿Qué es mejor? Pues depende del nicho y del tipo de proyecto. No hay fórmulas universales ni una ciencia exacta que se pueda aplicar al común de los proyectos en cuestión de rentabilidad.
Al final, como en tantas cosas en esta vida, ni nada es tan blanco ni nada es tan negro, es una cuestión de ver el tema en una gama de tonalidades grises, pero -como comentaba- nada es gratis y siempre, más o menos, antes o después, habrá que dedicar algo de trabajo para conseguir el objetivo. Lo demás es una cuestión de herencias y loterías 😉
Foto: Hans Splinter