Que levante la mano quien no tenga ya un teléfono móvil. Es una inversión obligada para las empresas, por muy pequeñas que sean. Porque, de una manera o de otra, todos lo usamos en el desempeño de nuestra actividad.
La transformación digital es sinónimo de eficiencia, aprovechamiento al máximo de los recursos, incorporación de herramientas que nos permitan ahorrar tiempo y dinero. Si el móvil es ya casi un ordenador, ¿por qué no dotarlo de capacidades que permitan hacerlo todo? Ello te permitirá atender a tus clientes estén donde estén. Y eso equivale a no perder ninguna oportunidad.