Mientras varios de los gigantes tecnológicos empiezan a tomar medidas contra la inflación y una posible recesión, surge una inquietud: ¿en qué dimensión la inflación está golpeando el mercado tecnológico?, y al mismo tiempo, ¿cómo la tecnología puede afrontar la inflación?
A finales de mayo, el Foro Económico Mundial emitió un reporte pesimista alertando que los precios de los alimentos y la energía estaban alcanzando máximos históricos. Un fenómeno que estaba impulsado por varias circunstancias como la pandemia y la guerra de Ucrania, entre otros factores.
Al mismo tiempo, Meta(Facebook) alertaba sobre la peor recesión de la historia de este gigante tecnológico y disminuía sus perspectivas de contratación para el próximo año. Una medida que sorprendentemente imitó Apple y otros gigantes como Spotify e incluso Google.
Este pesimismo se entendía cuando se apreciaba el escenario: las grandes tecnológicas se enfrentaban entre sí por recursos limitados como el talento humano, cuyos salarios siguen subiendo por la feroz competencia, y los suministros de semiconductores seguían brillando por su ausencia.
Ante estos escenarios las empresas tecnológicas adoptaron diversas estrategias con dos grandes protagonistas en común: priorizar los gastos y aumentar las eficiencias operativas. Pero eso es apenas una parte de la historia porque las grandes tecnológicas también son la respuesta a los problemas actuales.
Tecnología contra la inflación
Irónicamente mientras las tecnológicas se enfrentaban a un escenario desafiante también estaban proporcionando las herramientas para que otras organizaciones, sus clientes, hicieran frente al mismo fenómeno. Es decir, usando la tecnología para combatir la inflación al optimizar sus operaciones.
Y las tecnológicas lo saben, en abril Satya Nadella, CEO de Microsoft, admitió que la inflación está empujando a las empresas para acelerar sus procesos de transformación digital porque “en un mercado inflacionario, la única fuerza deflacionaria es el software”.
Además, mientras la inflación de productos tradicionales estaba superando el 8% en países como Estados Unidos, los índices de la economía digital apenas superaron el 2% y están disminuyendo (Adobe Digital Price Index). Es decir, los productos digitales no sufrieron la escalada alcista de los bienes tradicionales.
Esto cobra mayor sentido cuando vemos que por cada crisis actual, desde los cuellos de botella en contenedores hasta la escasez de talento humano, emergen nuevas soluciones tecnológicas para afrontar estos retos como son la automatización de procesos y la inteligencia artificial, entre otras.
En otras palabras, aunque las empresas tecnológicas no son inmunes a los problemas de la economía global, sí son las primeras en generar soluciones que a la larga pueden mejorar el futuro para todos y esta crisis actual no será para siempre.