El auge que han experimentado, desde marzo de 2020, las videoconferencias, el tráfico de Internet, el teletrabajo, el comercio electrónico y, en consecuencia, la nube son un claro reflejo de la transformación digital de las empresas y de la sociedad en general.
En este sentido, según datos de Deloitte recogidos en el informe Sociedad Digital en España, elaborado por Fundación Telefónica, en enero de 2020 únicamente el 3% de los empleados a tiempo completo trabajaban en remoto; un porcentaje que se disparó por encima del 80% en apenas cuatro meses.
Y soportar una eclosión tan abrupta de la demanda hubiera resultado inviable de no ser por los grandes centros de computación que configuran la nube.
Pero cada vez son más las empresas que no únicamente hacen uso del cloud para salvaguardar sus datos, sino que son capaces de sacar provecho a la nube y, así, marcar distancias con respecto a la competencia.
Ventajas de la nube para las pymes
Subir los datos a la nube contribuye a reducir costes, ser más flexibles o aumentar la escalabilidad; aunque esta tecnología también permite interactuar de otro modo con clientes, socios y empleados, así como mejorar la elaboración y comercialización de los productos y servicios.
Si bien es cierto que la “fiebre” por configurar infraestructuras para almacenar y gestionar el tráfico masivo de datos no es un síntoma de la pandemia, también es verdad que la COVID-19 ha precipitado las intenciones de muchas empresas de subirse al cloud, como consecuencia fundamentalmente del teletrabajo, del mayor volumen de comunicaciones digitales o de la automatización de los procesos corporativos.
Hoy en día, un número significativo de las compañías que utilizan sus propias instalaciones de tecnología son propietarias de sus centros de procesamiento de datos (CPD). Sin embargo, tal y como se pone de manifiesto en el informe de Fundación Telefónica, hay razones para trasladar el CPD a la nube.
En el informe se señala que los servicios de cloud computing permiten a la empresa una flexibilidad para adaptarse a necesidades de procesamiento o almacenamiento de datos cambiantes, sin un coste económico excesivo. Y, precisamente, el coste es una de las principales razones para apostar por la nube.
En cualquier caso, los expertos puntualizan que no es cuestión de trasladar a la nube todo lo que antes se llevaba a través de infraestructuras informáticas propias o más cercanas, sino que cada organización ha de buscar la estrategia de arquitectura y servicios que más se ajuste a sus necesidades.
Para aprovechar todo el potencial de la nube es fundamental que las compañías detecten sus debilidades y fortalezas y tengan claro el camino a seguir. De ahí la importancia de que los máximos responsables se involucren y estén convencidos con un proceso que marcará su devenir.
Uso de la nube en España
De la encuesta de uso de tecnología entre las empresas españolas que realiza el Instituto Nacional de Estadística y recoge el informe Sociedad Digital en España se desprende que casi una tercera parte de nuestro tejido productivo utiliza algún tipo de servicio en la nube.
Y en este sentido, existen importantes diferencias en función de la tipología de la empresa, siendo las de mayor tamaño las que hacen un uso más intensivo del cloud computing, un 64 % de las que tienen más de 250 empleados y casi el 44 % de las que tienen entre 50 y 250. Entre las más pequeñas, únicamente una cuarta parte lo utilizan.
Servicios en la nube más utilizados
Respecto a los tipos de servicio, el correo electrónico es el más utilizado por la empresa española, puesto que casi el 80 % de las que acceden al cloud lo tienen contratado. No obstante, más de la tercera parte alquila espacio para el almacenamiento de ficheros y el 70 % hacen uso de servicios de bases de datos corporativos.
Ese porcentaje se reduce hasta el 40% si hablamos de prestaciones más avanzadas, como las relacionadas con aplicaciones de software financiero o contable, software para gestionar la información de los clientes o capacidad de computación para poder ejecutar los propios programas corporativos.
Salvaguardar la actividad
Más allá del tipo de empresa que hace uso de estos servicios e incluso de los tipos de servicios, no hay duda de que la computación en la nube ha sido un garante de la continuidad de la actividad en plena crisis del coronavirus.
Otra encuesta, realizada por Quint a directivos y altos cargos de áreas tecnológicas corporativas y recogida también en el informe de Fundación Telefónica, señala que para 6 de cada 10 consultados el cloud ha contribuido a dar continuidad al negocio, y que para la mitad ha permitido que la fuerza de trabajo haya podido teletrabajar durante el confinamiento domiciliario. Asimismo, más de la mitad de los encuestados consideran que estos servicios han reforzado la cultura digital de su empresa.
De igual modo, 8 de cada 10 de los ejecutivos preguntados opinan que el enfoque cloud ayudará significativamente a la recuperación económica, y más de la tercera parte piensan que será una palanca diferencial en dicha recuperación del negocio. En esta línea, en el informe Sociedad Digital en España se constata que las empresas creen en los beneficios de la nube, como lo demuestra el hecho de que la inversión en este concepto continúe incrementándose a pesar de la crisis.
Se triplica la inversión en cloud
De hecho, se prevé que las grandes empresas españolas (las cien primeras) destinen más de 2.400 millones de euros a la nube solo en el año 2022, lo que supone triplicar el ritmo de gasto de los últimos tres años. Una inversión que tendrá su reflejo en términos de empleo, ya que otros estudios estiman una subida superior al 150% de la contratación de especialistas en cloud.
Por último, en el informe de Fundación Telefónica también se analizan los obstáculos y barreras más importantes para el despliegue de soluciones cloud, entre las que destacan los temas relacionados con la seguridad y el cumplimiento de la regulación.
Sin embargo, una barrera cuya importancia se ha reducido para los consultados es la capacidad de integración entre los servicios de la nube y los sistemas de la empresa, algo que en 2019 era señalado por el 47 % y un año más tarde solamente por el 35 %.
Finalmente, los costes ocultos que pudieran entrañar estos servicios y las propias limitaciones culturales del negocio frenan un uso de la nube que, sin duda, seguirá acelerándose en el futuro y que revolucionará el ecosistema empresarial.
Foto de Neda Astani en Unsplash