El 2G es una tecnología con 25 años de edad, es decir, muy antigua en términos tecnológicos. Inicialmente se desplegó sobre el estándar GSM en Finlandia. Desde entonces, se ha convertido en la tecnología móvil más extendida a nivel mundial, omnipresente en ciertos territorios. Sin embargo, debido a que tiene algunas limitaciones, precisamente el Internet de las Cosas está específicamente diseñado para superarlas e ir más allá.
Entonces, ¿hay razones para seguir usando 2G? Sí las hay. Su coste es muy contenido y es tecnológicamente eficiente para muchas aplicaciones actuales de m2m e IoT. De hecho, aunque su uso es aún muy extendido, algunas operadoras piensan en empezar a ‘apagar’ su red 2G lo antes posible, incluso en 2017, obligando con ello a que los usuarios migren a redes 3G y 4G y reenfocar sus a tecnologías más modernas. Este proceso llamado refarming significa que las operadoras móviles redestinarían el espectro de 2G (e incluso de 3G) en algún momento hacia LTE, abandonando por tanto los servicios 2G tradicionales. Este paso, que es lógico para los teléfonos móviles, tiene un impacto muy importante en servicios m2m que llevan funcionando años.
Machina Research analiza el ciclo de vida de las redes 2G y 3G en los siguiente diez años y advierte en un informe reciente que si determinadas tecnologías se abandonan, los dispositivos ya desplegados podrían dejar de funcionar, lo cual tiene un impacto en la sustitución o actualización de los elementos. Los nuevos dispositivos desplegados también puede que requieran un rediseño. Esta incertidumbre sobre qué tecnologías estarán disponibles en el futuro puede causar demoras y costes añadidos a empresas que quieren estar seguras de que esta tecnología estará vigente durante la vida útil de los dispositivos que planea desplegar.
Evolución 2G
El IoT del futuro aún está en fase de diseño, de pruebas o pendiente de desarrollo, así que se requieren soluciones temporales intermedias. Una de las alternativas que analiza nuestro whitepaper sobre LPWA y la respuesta de las telecos al crecimiento exponencial del IoT es la reutilización de infraestructuras GSM sobre la misma capa física. Este 2G renovado se llama Evolución GSM y sus principales características técnicas son:
- cobertura mejorada respecto a GPRS (hasta 20 dB)
- menos consumo (vida útil de baterías de hasta 10 años)
- menor complejidad del dispositivo
- reutilización de la infraestructura existente tras actualizar el software de las unidades de radio
- capacidad para absorber un número ingente de dispositivos y multiplexación completa del tráfico
El 2G está en franco retroceso en núcleos urbanos
Es cierto que desarrollar nuevas aplicaciones 2G para IoT y m2m (con conectividad GSM) en las infraestructuras actuales tiene muy bajo coste y la cobertura actual en muchos territorios es excelente. En la actualidad, muchas aplicaciones IoT y m2m operan en redes 2G de manera eficiente porque requieren transmitir pocos bytes. En zonas densamente pobladas será cada vez más frecuente que se produzca el refarming de redes 2G ante la necesidad de dar servicios a 3G y 4G, por lo que estas aplicaciones tendrán más y más problemas para funcionar en determinados entornos urbanos.
Las operadoras, por eficiencia de sus recursos, están obligadas a gestionar lo que se llama ‘ocaso de servicios 2G’ y disuadir para que no se desarrollen nuevas aplicaciones que sólo operen en GSM. La ‘pregunta del millón’ para poder detener los servicios 2G sigue siendo: ¿cómo puedo convencer a los fabricantes y clientes de que inviertan más para desarrollar aplicaciones que puede que nunca expriman al máximo? El delicado equilibrio en esta cuestión es decidir entre dispositivos con un ciclo de vida corto o un coste más elevado.