La herramienta que cambiará tu vida y tu negocio

“Vivir es la cosa más rara del mundo. La mayoría de la gente solo existe”. Oscar Wilde

Perdonadme, pero la herramienta de la que voy a hablar hoy es la caña total, algo extraordinario. Antecedentes: El lenguaje humano es un sistema generativo a través del cual podemos construir un número infinito de frases a partir de un número finito de palabras. Si tienes más de 18 años, tu vocabulario es de entre 50.000 y 100.000 palabras combinables. Utilízalas. Hace 50.000 años que se produjo la explosión sintáctica en el ser humano, por lo que tu especie tiene ya cierta experiencia. Hoy vamos a aprender cómo poner a trabajar estos increíbles –y gratuitos- recursos a tu alcance. Ponerlos a trabajar a menudo es lo que marca la diferencia entre existir y vivir en las personas.

Mi manera de entender la gestión de las personas es centrarme en comprender la segunda de las dos partes del término: las personas. Me gusta trabajar no sobre aquello que ya sé de ellas, sino sobre aquello que te resulte sencillo de aplicar en tu negocio. También intento reducir al mínimo las referencias a teorías y sistemas sobre liderazgo, gestión de personas o negocios, porque creo que es mi obligación dominarlos, pero tú tan solo tienes que aprovecharte de ellos. En otras palabras, puedes aprender a montar en bicicleta sin conocer cómo la fabrican. Prefiero centrar mi mensaje en conclusiones claras y experiencias que yo haya vivido. De este modo, podrás descubrir por tu propia cuenta la teoría que sin duda olvidarías si yo te la contase.

De lo que hoy voy a hablar es de la importancia del diálogo. No sabemos mantener conversaciones. Lo compruebo a diario. Y, sin embargo, si entrenas lo suficiente con el objetivo de alcanzar la maestría en algunos de los siguientes puntos, no solo tu negocio sino también tu propia vida van a mejorar notablemente. Ponemos demasiado empeño y recursos en construir grandes sistemas y modelos de innovación cuando ni siquiera invertimos en diálogo. Invierte tiempo y esfuerzo en hacer que tu equipo aprenda a conversar y conseguirás resultados increíbles. Si todavía necesitas un término inglés para creértelo o defender su implantación en casa, llamémoslo conversational leadership y sigamos adelante.

Por qué dialogar

  1. Liderar y liderarse: Conversar es liderar y liderarse. Durante una de sus recientes visitas al hotel vorpalina, mantuve una de tantas conversaciones con Ville Keranen, gemelo de alma y creativity leader de Monkey Business, la maravillosa cooperativa finlandesa de innovación. Durante la conversación compartimos una gran cantidad de ideas y hablamos con calma de los grandes retos en las organizaciones y los equipos. Ambos estamos convencidos de que la mayor parte de problemas que encontramos en los equipos de nuestros países están basados en carencias en materia de comunicación, empatía y generación de confianza. Visualizamos claramente que un 80% de los problemas de las organizaciones con las que hemos trabajado se podrían solucionar aprendiendo a dialogar. El diálogo es la herramienta vehicular del liderazgo centrado en las personas. Crea un entendimiento compartido difícilmente alcanzable mediante el adoctrinamiento.
  2. Conocer y conocerse: Disfruto conversando por tres motivos muy sencillos: el diálogo es la herramienta más poderosa para conocerse, darte a conocer y, además, conocer a otras personas. Me gusta compartir en general y suelo exponerme con frecuencia a los demás. Este ejercicio es algo así como una invitación para que la otra persona también pueda abrir su parcela de vida y darse a la conversación, de forma que ambos podamos disfrutarla mutuamente. Por sí misma, una conversación que fluye con naturalidad desde el entendimiento es altamente productiva y mágica. Evoca diferentes perspectivas, conecta ideas, indaga bajo la superficie de los problemas, detecta prejuicios y elimina poco a poco ambigüedades.

Cómo dialogar

  1. Escuchar a los demás: En el Manual de supervivencia para equipos hablábamos de ello y de la importancia que esto tiene para construir un discurso común a partir de las aportaciones de todos. Solo dos apuntes más: respeta el turno de palabra (en equipos novatos se emplean elementos de poder o piezas YO-HABLO visibles para todos), focaliza tu atención en lo que la otra persona o personas dicen para entender con claridad qué quieren transmitir. A menudo suelo preguntar por sorpresa en los equipos qué acaba de decir alguien y compruebo que suele haber alguien incapaz de recordarlo, porque reconoce haber estado fabricando su discurso. El déficit de escucha es tan alto en nuestra sociedad que en algunos casos somos incapaces de procesar a la vez lo que escuchamos y anotar mentalmente lo que vamos a decir. Cualquier tertulia en la televisión es un teatro de todo cuanto acabo de decir.
  2. El silencio habla, no lo calles: El aprendizaje pasa por respetar también los silencios en la conversación. El silencio sirve para reiniciar algo y tomarlo con mayor fuerza y deseo o, simplemente, para establecer un lugar común de reflexión. Sin embargo, he encontrado a muchas personas que son incapaces de permanecer en silencio ni un solo segundo. Inconscientemente suele molestarles tener tiempo para reflexionar y pierden los papeles cuando la oportunidad se presenta. Se ponen nerviosas e incluso comienzan a decir cosas sin sentido por rellenar un silencio en el que no se sienten confortables. Pero tranquilos, porque esto también lo tenemos estudiado 😉 Mi recomendación es la siguiente: Es importante que tú o el resto del equipo apoyéis gestual y verbalmente a estas personas a la hora de explorar estos momentos alejados de su zona de confort. Al principio podrán sentirse incómodas, pero enseguida notarán los beneficios de preparar la artillería antes del disparo.
  3. Hacer las preguntas adecuadas: ¿Cuánto tiempo utilizáis tú o tu equipo en buscar las respuestas adecuadas y cuánto en descubrir las preguntas adecuadas? La forma en la que formulas las preguntas acerca de tu organización o reto influye de manera positiva o negativa en las diferentes maneras de resolverlo.
  4. Generar y mantener la cercanía: ¿El espacio donde trabajas favorece el diálogo? Una vez fui a dar un seminario sobre sentido común a una empresa y tuve que hablar de la importancia de la interacción y la fluidez con doce personas sentadas alrededor de una gran mesa de juntas. Lo pasé fatal. Si ves solo a la mitad de las personas a varios metros de distancia cuando hablas, ¿cómo diablos pretendes conocerlas de forma fiable y por completo? Mi recomendación, y la de cualquier facilitador, es siempre explotar las ventajas del círculo como referencia de trabajo.

 

Imagen @admiller distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0

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