Las mejores ideas surgen a veces de las carencias que uno detecta en determinados servicios o de imaginar las facilidades que te gustaría que te diese una empresa y no encuentras en el mercado.
La historia de Carlos, Julio, David y Badel es un claro ejemplo de ello: cuatro jóvenes de Tenerife aficionados a la música que asistían a clases presenciales de guitarra, hasta que se dieron cuenta de las dificultades que tenían en muchas ocasiones para tener una cierta continuidad, cuadrar horarios y no perder ninguna clase.
Pensaron que esto mismo le ocurre a mucha gente que acaba abandonando las academias de formación, especialmente cuando se trata de grandes ciudades donde hay problemas de aparcamiento y tráfico. Escribieron un nombre que sonase divertido y un par de ideas en un papel, ideas que evolucionaron y se convirtieron en Funmusic, una web que ofrece servicios de videoconferencia en directo, para que los usuarios puedan aprender desde su casa a tocar instrumentos como guitarra, batería, piano o whistles entre otros.
El éxito de esta plataforma de elearning radica en la sencillez. Para seguir una clase, el alumno solo necesita un ordenador con cámara web (integrada o externa), una conexión a Internet de banda ancha y tener instalada la última versión de la aplicación de reproducción multimedia Adobe Flash Player. A partir de aquí, entra en la web, busca el instrumento que quiere aprender a tocar, y elige profesor y horario. Todo ello desde su casa o desde el lugar que le resulte más cómodo.
Las claves para sacar adelante la empresa fueron “mucho trabajo y una implicación brutal”, pero eran muy conscientes de que aun poniendo todo el entusiasmo del mundo, la financiación también es indispensable. Lograron hacerse con el 2º Premio EBT (Empresa de Base Tecnológica) de Tenerife, y por ahí llegó el dinero que necesitaban para consolidarse, tener una oficina de trabajo e incorporar un equipo profesional.
Aprovecharon todos los recursos que tenían a su alrededor (eventos para emprendedores, tecnología, networking...), ya que tenían muy claro que relacionarse es vital no solo para aprender, sino también para conocer a personas que pueden llegar a formar parte de tu equipo. Y nadie dijo que era fácil, así que también recurrieron a diversas instituciones públicas y universitarias en busca de asesoramiento y financiación.
Vivimos en un mundo que está continuamente en movimiento y, en general, cada vez tenemos menos tiempo para dedicarlo a nuestras aficiones o compatibilizar horarios laborales, por eso sus clientes más habituales son personas que no disponen del tiempo necesario para desplazarse a una academia, que pasan poco tiempo en casa y que necesitan organizarse de esta manera.
Cuatro aficionados a la música que han logrado convertir su idea en empresa y que aseguran que aunque suene a tópico, la ilusión por lo que hacen ha sido fundamental para conseguir vivir de su pasión. Ahora tienen más proyectos musicales “en mente”, pero con la misma filosofía del principio basada en que las ideas nunca deben morir sin al menos intentarlo.