La esencia de la franquicia consiste en no limitarse a aguantar el tirón, sino en ir un paso más allá e intentar adaptarse a las circunstancias económicas para continuar creciendo. Y eso es precisamente lo que esta fórmula de comercio ha hecho desde que comenzó la crisis, mostrando un comportamiento mucho más positivo que el comercio tradicional.
Es habitual ver negocios que quiebran y cuelgan el cartel de “liquidación por cierre”, pero no es tan común que estos negocios pertenezcan a cadenas de franquicia. Este puede ser uno de los motivos por los cuales este sistema no ha dejado de crecer en los tres últimos años. Muchos son los profesionales altamente cualificados que se encuentran en una situación de desempleo y con escasas posibilidades de volver al mercado laboral a través de un contrato por cuenta ajena. Por ello, están viendo en esa seguridad adicional que ofrece el sistema de franquicia una buena salida profesional, que además ofrece un valor añadido: la adaptación a sus posibilidades, ya que son muchas las alternativas que ofrece el modelo, tanto en lo que a sectores se refiere como a rangos de inversión.
Otro motivo más de esta tendencia al alza pasa también por ser la franquicia un sistema que permite crecer a las marcas con recursos ajenos, una ventaja muy valorada por cualquier empresario, especialmente en un momento de escasa liquidez crediticia.
Pero, sobre todo, la franquicia es una alternativa capaz de adaptarse a las diferentes circunstancias. Así, por ejemplo, no son pocas las cadenas que han reducido el número de metros en los que albergan sus negocios o que han adaptado sus cifras para que tenga cabida un mayor número de emprendedores.
Y no sólo eso, sino que algunos negocios tradicionales en los que pudiera parecer que estaba todo inventado, también pueden reconvertirse. Esto es precisamente lo que ha sucedido con los negocios de compra-venta de oro, cuya escalada desde hace diez años se debe, entre otros factores, a la falta de confianza en las divisas, tendencia que se ha visto acentuada a causa, además, del escenario económico actual, donde mucha gente recurre a aquellas joyas que ya no utiliza para contar con algo más de liquidez.
Este trueque no siempre se produce por extrema necesidad y así es como lo ven franquicias como ORO Rapid, que apelan a sus potenciales clientes con el claim “descubra el valor de su oro”. Lo hacen, ya no desde locales oscuros que adolecen de claridad en todos los sentidos, sino bajo los luminosos de un centro comercial, donde todo está a la vista y donde el cliente es el principal testigo de lo que cuesta su oro.
De este y otros ejemplos sobre la capacidad del sistema de franquicias para adaptarse a la crisis y sobrevivir, y además para buscar aquellos gaps y posibilidades de negocio con los que conseguir el máximo rédito económico, habla el último número de la revista digital En Franquicia.
Foto @The Nick Page, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0