Ya lo decía Alejandro Sanz en su canción: «No es lo mismo». Existe una sutil pero gran diferencia entre una fibra dedicada respecto a la que tiene un acceso compartido. Cuando hablamos de fibra compartida, nos referimos a FTTH (Fiber To The Home) y nos encontramos con diferentes infraestructuras.
La diferencia principal entre una fibra dedicada y una compartida radica en los agregadores de caudal -por llamarlos de alguna manera- que existen entre el acceso del usuario final y los nodos de red, como en el caso de los ADSL. Podemos encontrar estos agregadores en la fibra compartida pero no en la dedicada, donde el acceso se extiende hasta los nodos de accesos a Internet.
Otra diferencia sustancial es la garantía de caudal. En un acceso compartido no se puede garantizar nada y de hacerlo únicamente sería posible hasta el agregador de tráfico. No ocurre esto con un acceso dedicado donde, al no existir elementos agregadores, sí se pueden garantizar caudales prácticamente del 100%.
Otra característica derivada de los agregadores se plasma en la comercialización de ambas modalidades de fibra. En el caso de los accesos compartidos, la comercialización de caudales en subida a la red y bajada de información está claramente diferenciada. Estos caudales se dotan de grandes caudales en sentido bajada de la red, pero de poco caudal de subida de información. Son accesos que están pensados para la navegación por la propia definición de los flujos de información entre el usuario final y la red. Las peticiones de los usuarios requieren la transmisión de pocos datos en contraposición a la cantidad de datos que los servidores envían. Es decir, los servidores reciben una petición en Kb muy pequeña, pero pueden facilitar una gran cantidad de información al usuario que realizó la petición. Un ejemplo claro de esto es el streaming de música y vídeos. Las peticiones que llegan a los servidores de YouTube son del tipo «video u2 one» y lo que recibe el usuario es el video de la canción de U2 «One».
Estas son las diferencias más llamativas entre fibras compartidas y dedicadas. Complicando más la comparativa, existe diversidad de infraestructura en fibras compartidas, sobre todo en las terminaciones de los accesos. La diferencia sustancial es la forma en que los operadores llevan sus accesos hasta el domicilio del usuario final. Algunos llevan la fibra hasta una caja de registro que condensa un máximo de usuarios y de ahí hasta los usuarios se despliega un cable coaxial de cobre. En este caso, esta caja además realiza la conversión de señal eléctrica a señal óptica. Otros operadores lo que llevan hasta el domicilio del usuario es directamente la fibra; allí se instala un conversor de medios, al igual que en el caso del cable coaxial, donde se convierte la señal y se entrega sobre protocolo Ethernet.
Si alguien me preguntara cuál de los dos accesos es mejor, contestaría “a la gallega”. Es decir, dependiendo de a qué se dedique la conectividad, habrá que optar por un acceso u otro. Cuando lo que se pretende es dotar de presencia en Internet, con garantías, o cuando la navegación es para muchos usuarios, es preferible escoger la fibra dedicada.
Si, por el contrario, lo que pretendemos es dar navegación a un número de usuarios “razonable”, recomendaría un acceso compartido. No obstante, siempre existen casos especiales, que deberían tratarse con asesores cualificados, para analizar y evaluar las distintas opciones.
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