A la hora de conseguir que un blog tenga éxito, pueden influir muy distintos factores y no siempre lo que funciona en un caso tiene por qué funcionar en otro. Pero, a partir de mi propia experiencia después de seis años como blogger, considero que hay tres factores que son determinantes e igualmente válidos, tanto si hablamos de un blog de marca personal como de un blog de empresa.
Por supuesto, sin perder de vista que el factor del éxito puede ser totalmente subjetivo y que dependerá de los objetivos de cada cual. En mi caso particular, valoro el éxito de un blog en función de los lectores y no solo las visitas, tener suscriptores, recibir feedback en forma de comentarios, menciones, etc. Para mí el éxito de un blog es básicamente que esté “vivo”, que tenga movimiento.
La calidad de los contenidos
Es un factor muy obvio, pero que puede llegarse a difuminar en un momento dado, por el hecho de que la calidad de un contenido puede ser tan subjetiva como lo que comentaba respecto al éxito. Con todo, para conseguir que un usuario se quede, te lea, comente y vuelva, tienes que ofrecerle algo que le merezca la pena.
Un contenido de calidad es aquel que, de una forma u otra, educa, entretiene o inspira. Y sin olvidar nunca a qué tipo de público nos dirigimos. Si conseguimos ofrecer todo a la vez, habremos dado en la diana. Pero el objetivo debe ser al menos cumplir con uno de estos requisitos dentro de un contenido.
Obviamente no siempre lo podremos conseguir y la calidad en última instancia la juzgará el lector, no nosotros, pero al menos ése debe ser el objetivo de cabecera a la hora de plantear cualquier contenido. La pregunta es: ¿qué van a poder sacar en claro mis lectores?
La constancia en la publicación
Uno de los principales motivos para que un blog acabe muriendo suele llegar por la falta de constancia. Cuando uno empieza con un blog, la novedad y el entusiasmo hacen que se comience con mucha fuerza, pero como los resultados no suelen ser inmediatos, es fácil que ese empuje se vaya diluyendo en el tiempo. Frente a lo que se pueda pensar, mantener un blog no es fácil, sobre todo si queremos cumplir con ciertos criterios de calidad: hace falta dedicación, tiempo y, sobre todo, mucha constancia. Lo ideal es fijar una frecuencia de publicación que se adapte a nuestras posibilidades y empezar por no fallar. Si dejas de cumplir una vez, es muy posible que vuelva a pasar una segunda vez, también una tercera… y así sucesivamente hasta no publicar nada.
La constancia también nos permitirá “educar” a nuestros lectores. Es importante que un lector sepa cuándo o cada cuánto le vamos a ofrecer nuevos contenidos. En mi caso, hace ahora tres años que aposté por escribir a diario, de forma que mi blog forma parte de mi día a día y mis lectores lo saben. Además, he conseguido implantar un horario fijo de publicación: siempre publico a las 00:01 de cada día. Con esto no quiero decir que tengas que hacer lo mismo y publicar también a diario, la frecuencia de publicación debe ser aquélla que puedas asumir, pero en todo caso es importante sentar unas bases y cumplirlas.
Formar parte de una comunidad puede hacer que sea mucho más fácil ser constante, al no tener que afrontar el reto en solitario. Es el caso, por ejemplo, de Iron Blogger, la primera comunidad hispana de blogueros, que ya cuenta con más de 700 miembros. El único requisito para formar parte de esta gran comunidad es tener un blog y actualizarlo al menos una vez a la semana. Si vas camino de no cumplir, un algoritmo llamado Bundi y que hace las veces de búho guardián, te avisa y te pone las pilas. Si no reaccionas, te tocará pagar alguna cerveza en la siguiente jornada de networking con otros bloggers de tu ciudad. No es la consecuencia más grave del mundo, pero constituye una motivación. Por otro lado, un beneficio extra es la difusión a través de Iron Blogger de tus propios contenidos.
La constancia, por otra parte, acaba teniendo su recompensa. Aunque los resultados no sean inmediatos, todo llega. En los tres años que llevo publicando a diario en mi blog, las visitas que me llegan solo desde Google han aumentado de 50 a 3000 al día.
La cercanía para conectar con tus lectores
La forma en que nos comunicamos con nuestros lectores puede ser igual de importante que la calidad del contenido. El arte de conectar con tu público objetivo pasa por la cercanía y por utilizar un estilo y un lenguaje sencillo y directo.
Se trata de crear una relación con los lectores, de dejarles ver que detrás de lo que escribes hay una persona, con sus puntos fuertes y con sus puntos débiles; dar tu opinión y pedirles la suya, compartir experiencias y conseguir empatizar y sembrar una relación que, aunque de forma virtual, pueda durar a largo plazo.
Foto: Christian Schnettelker