En este cambio de época se están produciendo cambios tecnológicos y de conceptos que en muchos casos no entendemos bien. En un mundo conectado a los smartphones que habla y dice lo que piensa, el marketing online y offline de las empresas debe cambiar para adaptarse a esos cambios. Pero la nota negativa es que con la excusa de que siempre lo hemos hecho así y funciona, no modificamos ni rectificamos nada. Me estoy refiriendo al marketing digital.
Hace días, hablando con un responsable de marketing de una gran marca online, me di cuenta de que ni los propios responsables de marketing en muchas ocasiones saben qué hacer y cómo actuar. Creo que el nuevo concepto lo entendemos todos, pero cuando llega el momento de ponerlo en práctica, cuesta mucho más de lo que creíamos. ¿Lo veis igual?
Basándome en mi propia experiencia en comercio electrónico, me atrevo a escribir este post sobre marketing con dos objetivos: el primero, intercambiar opiniones y conversar con vosotros sobre este tema, conocer y aprender de los que tienen mucha más experiencia en el campo del marketing que yo. Con la opinión de todos podemos aprender unos de otros para mejorar, porque somos muchos los que necesitamos consejos y ayuda en este ámbito. Y un segundo objetivo, que es el de generar tráfico hacia el blog que lo publica y adquirir experiencia y reputación como bloguero. Pero vaya por delante que lo mío no es el marketing, y que soy muy consciente de que en nuestro país hay expertos en esa materia que pueden aportar mucho más y mejor que yo.
Al empezar un proyecto offline u online es imprescindible preparar un plan de marketing “tradicional” o transaccional, que nos permita saber dónde estamos en la actualidad, conocer nuestra posición, las tendencias y si tenemos competencia en nuestro sector. Una vez analizado esto, es preciso saber qué necesidades tiene nuestro posible consumidor y preparar una estrategia para conseguir satisfacer las necesidades de nuestro cliente y lograr nuestros objetivos, que no son otros que venderle el producto que necesita. Esto es lo que hemos hecho muchos en los últimos años. Pero, a día de hoy, ¿el marketing transaccional da resultados por sí solo?
Por otra parte, tenemos el marketing de relaciones o relacional, que nos permite mantener contacto con personas y profesionales de nuestro sector para conseguir una relación que nos lleve a conseguir los objetivos de todos; es lo que denomino marketing de las personas. Se utilizan herramientas de comunicación para relacionarse con personas que pretendemos convertir en clientes, con el objetivo de venderles nuestro producto.
Y, por último, el marketing de las emociones o emocional, en el que el objetivo es hacer pensar, reflexionar, hablar y finalmente convencer a las personas para conseguir que el cliente asocie el consumo de nuestro producto con una emoción. El cliente se sitúa en el centro de la estrategia y percibe la marca como alguien que se preocupa por su bienestar. Usando las principales emociones de las personas, ¿podemos conseguir que compren nuestro producto?
Entiendo que el marketing emocional y relacional es el nuevo marketing digital 2.0 y el transaccional es el marketing tradicional. Pero la pregunta es: ¿Tengo que decantarme por uno de los tres tipos cuando mi objetivo es vender productos? ¿Tengo que preparar estrategias pensando en los tres o solo en uno?
Espero vuestras respuestas, pero dejadme contar lo que opino: entendiendo las diferencias entre uno y otro, creo que sí necesitamos trabajar los tres. El primero es primordial para saber qué. El segundo es importante para saber con quién. Y el tercero es imprescindible para saber cómo. Tenemos que preparar una estrategia basada en todos ellos. Y es aquí donde llegan las dificultades, porque los resultados no son los esperados a corto plazo. El único que nos proporciona resultados rápidamente es el transaccional; el relacional y el emocional los dan a medio o largo plazo y esto ya no gusta a muchas empresas.
El marketing tradicional normalmente es un monólogo de la propia marca; ella crea el contenido y no se relaciona con nadie. Esto sería mi respuesta a las preguntas que he generado (anterior párrafo). Mientras repito el mensaje dirigido a muchas personas pero a nadie en concreto y con el fin de decir lo que pienso y conseguir lectores/clientes para el blog, estoy haciendo marketing transaccional.
El marketing relacional o emocional es una conversación, donde las personas/clientes crean el contenido y tienen el control sobre él, vuestras respuestas (si las hay), con el objetivo de buscar personas influyentes que hablen de mí y de mi producto, en este caso sobre mi post y el marketing. Imaginaos qué sería para mí que un experto en marketing dejara su comentario en este artículo. El objetivo es mantener una relación personalizada y fidelizar a los lectores y no venderles nada hasta que ellos lo necesiten y lo soliciten. Esto sería relacional y emocional.
En fin, mi intención con este post era hacer una comparación de los “tipos” de marketing y que personas que no ven claro que el marketing 2.0 es clave, lo puedan entender con este ejemplo. No sé si lo he conseguido, vosotros lo diréis con vuestros comentarios. Reconozco que es arriesgado que el éxito del artículo dependa de las respuestas, interacciones y conversaciones, pero el nuevo marketing es así, arriesgado y sin unos resultados fijos de entrada. No hablamos solos, escuchamos, conversamos y respondemos. No sólo miramos, sino que nos relacionamos. Vosotros, queridos amigos, diréis.
Imagen: @ashraful kadir, distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0