Quizá el mayor avance, el mayor éxito de Internet y todo el mundo 2.0 no sea de naturaleza tecnológica sino social y casi ética. La revolución de Internet y de los medios sociales ha supuesto un desplazamiento del poder, de las ideas y de la creatividad desde un centro constituido por administraciones y corporaciones, por entidades abstractas al fin y al cabo, hacia las personas. Gracias a la hiperconectividad que Internet trae consigo, y apoyándose en todo el potencial de homogeneización y abaratamiento que el mundo digital implica, muchas tareas …