¿Dónde buscar a los primeros clientes?

Tras el goteo de ventas conseguido en el círculo más cercano a los impulsores de una nueva empresa, llega la hora de la verdad: ¿a qué público voy a dirigir las primeras acciones comerciales? Si el producto o servicio cumple con los requisitos, una de las acciones más acertadas pasa por identificar a su colectivo de innovadores y early adopters. Pero solo les conquistará si ofrece una novedad capaz de superar sus expectativas.

Muchas empresas cometen el error de matar moscas a cañonazos. De partida tratan de cubrir todo su público objetivo, lo que termina por diluir su mensaje no captando la atención de ningún target concreto. Estas técnicas son efectivas cuando el lanzamiento está respaldado con inversión, asegurando una campaña publicitaria de impacto por inundación, una presencia efectiva en las redes sociales y en el punto de venta. Sin esa continuidad, es probable que el presupuesto se esquilme antes de mostrar resultados.

 

De los innovadores a los escépticos

De ahí que centrar esfuerzos y recursos en el colectivo con más apetencia de nuevas soluciones puede ser el camino para llegar a un público masivo en una segunda etapa. Hablamos de innovadores y early adopters, dos perfiles de consumidores abiertos a la experimentación con gran influencia sobre el resto.

El sociólogo y profesor Everett M. Rogers asentó las bases de la Teoría de la difusión de innovaciones, que publicó en un lejano 1962, pero que ha emergido con fuerza en el presente siglo, como tantas otras, aupada por el efecto multiplicador de Internet y las redes sociales. Según su teoría, válida para cualquier categoría de producto, la rapidez con la que se decide adquirir una novedad permite diferenciar cinco tipos de consumidores:

 

Curva de difusión de la innovación. Fuente: Wikipedia

 

Ventajas de los early adopters  

Aunque tradicionalmente se les atribuye una serie de valores, es complejo etiquetar a una comunidad que se caracteriza por la individualidad de quienes la conforman. En este apartado os aporto mi visión más personal:

 

En conclusión, si tu producto pasa la prueba del algodón de los early adopters, es muy probable que haya dado en el clavo. Utilizarlos como canal de acceso a otros segmentos del mercado es arriesgado, pero requiere menos recursos. La decisión es tuya.

Foto: C. Mario del Río

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