La digitalización es la gran asignatura pendiente del pequeño y mediano comercio

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Pedro Salafranca Sánchez-Neyra es, desde el pasado 1 de octubre, el nuevo secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC). Admite la situación tan complicada que desde hace años atraviesa el comercio minorista, lo que achaca a una ‘tormenta perfecta’ de factores. Pide una fiscalidad justa para las pymes, una regulación de los períodos de rebajas y, en definitiva, un marco regulatorio adecuado para que el comercio de proximidad vuelva a jugar en condiciones de igualdad.

“Nuestra obligación como Confederación es ayudar a los pequeños negocios a no quedarse atrás frente a otros formatos comerciales y a que sigan trabajando en su principal fortaleza, que es el trato personalizado y la experiencia de cliente. El pequeño y mediano comercio nunca va a desaparecer, pero hay que darle el impulso y el apoyo que necesita”, destaca.

El nuevo secretario general de la CEC advierte de que, si bien “la digitalización es la gran asignatura pendiente, la modernización se vincula aún demasiado al mundo online, pero también sería importante hacer inversión e incorporar innovaciones en la tienda física”.

¿Cuál es la situación actual del comercio en España?

El comercio minorista siempre ha sido un pilar fundamental del empleo en España, con dos millones de afiliados entre el régimen general y el de autónomos. Por eso, se entiende aún menos la ‘inacción’ de las Administraciones ante un sector estratégico de la economía española. Las consecuencias de la liberalización de los períodos de rebajas, el ecommerce, los cambios de hábitos de los consumidores y la competencia desleal son palpables. La pérdida de cuota de mercado es, cada vez, más evidente y el empleo en comercio lleva varios años registrando pérdidas muy importantes. Pese a todo, estamos convencidos de que el comercio tradicional es muy valorado por los usuarios y, con el apoyo y los ajustes regulatorios adecuados, miles de pequeños y medianos comercios del país pueden salir adelante.

Pues las perspectivas sobre la economía española no dejan de deteriorarse…

No sólo es una preocupación teórica, sino que cada mes vemos cómo la confianza de los consumidores es el factor que más directamente influye en las ventas del comercio. Confianza tanto en la situación económica actual como en las perspectivas de cara a los próximos meses y, sin duda, estos “tambores de desaceleración”, unidos a la inestabilidad política, provocan una mayor contención del gasto. Desde la CEC pedimos a los partidos políticos un ejercicio de responsabilidad para que tras las próximas elecciones se pueda formar a la mayor brevedad un Gobierno estable.

¿Cómo debería hacer frente el comercio a una ralentización económica?

Nadie pone en duda que ha habido un cambio total en los hábitos de compra o que el ecommerce ha supuesto una revolución. Ahora bien, nadie se imaginaría una calle sin comercio tradicional, y muchos estudios recientes apuntan en esta misma línea de coexistencia del pequeño comercio con otros canales de venta. Creemos firmemente que tenemos más fortalezas que debilidades, y que el comercio de ‘barrio’ aúna muchos valores que vuelven a estar en alza: es el comercio sostenible, ya que su cercanía permite que el consumidor pueda ir a pie; anima los barrios; genera riqueza y empleo local; y ofrece un trato personalizado y cercano que es la esencia de ese concepto tan de moda: la experiencia de cliente. En definitiva, nuestro pequeño y mediano comercio da vida y vertebra las ciudades y pueblos de España.

¿Cuáles son las asignaturas pendientes del comercio en España?

Sin duda, al hablar de pequeño y mediano comercio, la digitalización es la gran asignatura pendiente. Es importante que los pequeños y medianos comerciantes tengan acceso a herramientas sencillas y asequibles para mejorar el conocimiento de sus clientes y los servicios que les ofrecen.

En esta línea, desde la CEC estamos impulsando varias iniciativas para que el comercio de proximidad no vea mermada su competitividad. Por ejemplo, hace unos meses firmamos un acuerdo con la empresa GLS, mediante el que miles de pequeños comercios se están convirtiendo en “parcelshops”, es decir, en puntos de envío y recogida de paquetes para el ecommerce. Para comercios muy pequeños que no venden por internet, es una manera de entrar en el negocio del comercio electrónico, revolucionando la ‘última milla’.

¿Hay algún sobresaliente?

La experiencia que ofrecen a los clientes, basada en un trato personalizado, un conocimiento profundo del producto y la especialización. Y esos valores son los que más se deben seguir potenciando en las tiendas físicas.

¿Innova lo suficiente el comercio español?

Si nos guiamos por las caídas en las ventas que vemos de manera más acentuada en el comercio de proximidad o por el número de autónomos de comercio que se ven obligados a cerrar sus negocios, debemos decir que no se está innovando lo suficiente, y esto se debe a varios factores. Según el Informe ePyme 2017 , las pequeñas empresas no se lanzan a operar online por problemas de seguridad y por la falta de personal técnico especializado, que les obliga a externalizar servicios para poder abordar este proceso, con el consiguiente encarecimiento. Está claro que gran parte del comercio de proximidad no se está adaptando a los desafíos actuales o, al menos, no al ritmo al que se suceden los cambios en el mercado.

Pero, sin duda, hay muchos pequeños y medianos comercios que están llevando a cabo innovaciones para mejorar su relación con sus clientes, instalando pantallas y cuestionarios digitales, y enviando newsletters para traspasar la barrera del negocio físico.

¿Cuáles son las amenazas que más preocupan a los intereses generales del comercio urbano y de proximidad?

La inestabilidad política y económica y la falta de regulación de los períodos de rebajas afectan más, incluso, que el comercio electrónico.

El comercio electrónico, ¿es un aliado o un competidor?

Pueden parecer intereses contradictorios y es verdad que un pequeño comercio no aspira a vender al mismo nivel que otros grandes operadores desde su tienda online. Sin embargo, sí que puede, por ejemplo, ampliar su cartera de clientes a través de la venta en marketplaces o buscar otras fórmulas de integración con el comercio electrónico.

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