Es un hecho más que expuesto que las organizaciones tienen que abordar problemas de liquidez, de créditos, relacionados con los impuestos y con las facilidades de contratación… por citar sólo algunos de los muchos frentes que tienen abiertos. Es en este escenario donde toma fuerza la necesidad de plantear políticas más activas de flexibilidad laboral. Los grandes partidos políticos ya centraron durante las últimas Elecciones Generales parte de su discurso en el colectivo de la pyme y en plantear medidas que permitirían a estas compañías mantener o incrementar su productividad; entre ellas figuran las estrategias ligadas a la conciliación en las empresas.
Ventajas
En la actualidad un gran número de pymes está en condiciones de ejecutar prácticas de flexibilidad laboral, aunque pueda depender en cada caso de su actividad y de la función específica del trabajador. Lo importante es que ya se pueden extraer conclusiones sobre las ventajas que revela su implantación; eso sí, como primer paso la pyme debe tomar conciencia de la utilidad que aporta a la organización. Estas pueden ser:
- Mayor motivación e implicación del trabajador con la empresa.
- Incremento de la productividad.
- Mejora del clima laboral.
- Se fortalece el trabajo en equipo.
- Disminución del absentismo laboral.
- Percepción social positiva.
- Aumenta la calidad de vida del trabajador.
Seguramente se podrían mencionar más beneficios relacionados con la flexibilidad laboral, aunque también otros puntos de vista pueden advertir ciertos inconvenientes. Por ejemplo, al considerar los costes.
Es cierto que la pyme que desee implantar proyectos ligados a la flexibilidad de su personal tiene que tener en cuenta la posibilidad de realizar algún tipo de inversión, como es la relacionada con las tecnologías –hardware, movilidad y acceso a Internet principalmente. Sin embargo, no hay que contemplarlo como un gasto, sino como una inversión encaminada a incrementar la rentabilidad de la empresa. Al mismo tiempo, hay que reconocer que la tecnología no es una barrera que pueda frenar su evolución si se reconoce el fácil acceso que existe a redes inalámbricas, Internet, terminales móviles, portátiles, soluciones cloud… La empresa debe tener conciencia de ello, aunque se estima que actualmente solo un tercio de las pymes aplican medidas de conciliación.
La tendencia debe ser otra. Así lo indica Great Place To Work, para quien la flexibilidad, transparencia y liderazgo participativo son las claves del éxito en la gestión de personas en las pequeñas y medianas empresas; indica además que estas entidades sí reconocen que su principal activo son las personas que trabajan en ellas. Otro apunte significativo alude a que la flexibilidad genera una mayor participación, compromiso y, como resultado, un aumento de la productividad. De hecho, son los propios empleados los que valoran los siguientes aspectos:
- Teletrabajo.
- Formación.
- Conciliación laboral.
- Desarrollo interno.
Las empresas que se sitúan como «mejores pymes» estiman que la flexibilidad laboral es un componente crucial para que exista un buen entorno de trabajo que, a su vez, genere un mayor rendimiento a la organización. Las dudas que tienen algunos directivos para poner en práctica medidas de flexibilidad están relacionadas también con el desconocimiento y la poca involucración que ofrecen a sus empleados en el conjunto del negocio. Una recomendación al respecto es que hay que crear un ambiente de confianza basado en una mayor comunicación, con objeto de comprometer al empleado y tener en cuenta sus decisiones.
Great Place To Work ha manifestado que las «mejores pymes» han conseguido alcanzar un nivel de satisfacción de los trabajadores del 88% con un absentismo laboral de solo el 0,8%. Datos relevantes que se pueden entender al ser compañías en las que el 60% ofrecían la posibilidad de teletrabajo y ocho de cada diez disfrutaban de un horario flexible.
Barreras
Sin embargo, a pesar de estos resultados, una investigación reciente de IDC pone de manifiesto que las empresas españolas aún no confían en un modelo de trabajo flexible ni en los beneficios que proporciona. Entre sus barreras se encontrarían:
- Falta de concienciación de la empresa para lograr una mayor productividad de sus empleados.
- Estrategia limitada a una parte de la plantilla.
- Políticas poco controladas sin un marco empresarial que lo cobije.
- No se tienen en cuenta los beneficios económicos que reporta.
- No se mide el rendimiento por objetivos.
El reto pasa por impulsar la flexibilidad laboral y tener en cuenta la tecnología como la herramienta clave para lograrlo. Lamentablemente, en España y más aún en la pyme queda mucho terreno que recorrer por parte de la mayoría de las empresas, para tomar conciencia de los beneficios que implica ajustar su estrategia a un modelo de flexibilidad en el trabajo y de los importantes ahorros y productividad que origina.
Foto @victor1558 distribuida con licencia Creative Commons BY 2.0.