Una losa enorme. Piedras en el zapato. Alas de plomo para el despegue de los negocios. Debido a los altos niveles de burocracia, crear una empresa en España puede convertirse en una odisea. Normativas a tutiplén, requisitos casi infinitos y una desmesurada carga fiscal enervan a los empresarios y dificultan la puesta en marcha de proyectos fructíferos. Aun así, el emprendimiento en nuestro país comienza a mostrar signos de mejoría.
Un camino tortuoso, en el que los baches se convierten en socavones y algunas de las barreras prácticamente resultan inquebrantables. Del estudio Doing Business 2015 , que elabora el Banco Mundial, se desprende que España ocupa la posición 33 en cuanto a facilidades para hacer negocios. No obstante, ha subido 19 puestos, ya que en 2014 se encontraba en el 52 del ranking.
La burocracia hostiga a las pymes y obstaculiza su desarrollo. Emilio Márquez, fundador de Networking Activo, asegura que a nuestro país todavía le quedan varios peldaños por escalar, “sobre todo en lo que respecta a las gestiones online”. Márquez lamenta que haya que realizar algunos trámites por partida doble, porque ciertos departamentos no cruzan datos.
Si bien en Reino Unido se puede montar una empresa a un coste inferior a los 100 euros y en menos de 24 horas, en España el proceso llega a colmar la paciencia de muchos empresarios. Aunque en la última década se han producido avances importantes, quedan asignaturas pendientes. Óscar del Río, fundador de Concept Inbox, explica que supuestamente el sistema de ventanilla única permite crear compañías en tres días. Sin embargo, la realidad es que, al no ser un mecanismo puramente online, “el proceso se alarga fácilmente 50 días hasta el comienzo de la actividad. Para las empresas que tengan que pedir licencias especiales por la naturaleza de su actividad puede prolongarse mucho más tiempo”, afirma.
Pese a reconocer que en España tradicionalmente ha habido un exceso de burocracia para dar de alta una sociedad y obtener un CIF, Javier Sanz, director del Área de Emprendimiento Startup-UCM, de la Universidad Complutense de Madrid, resalta que hoy en día es posible crear una empresa en dos días y por apenas 120 euros, notario incluido, siempre que puedan utilizarse unos estatutos estándar o con pequeñas modificaciones. Eso sí, admite que de requerirse licencias municipales o especiales, “los trámites son muy lentos y la burocracia se incrementa porque los organismos y administraciones no están sincronizados”.
La capitalización del paro o la reducción de los trámites administrativos constituyen algunas de las ayudas que el Gobierno ha impulsado con el objetivo de convertir parados en empresarios y combatir los índices de desempleo. Pero Del Río advierte que los verdaderos problemas aparecen tras la apertura de la empresa, a la hora de lograr que los ingresos superen a los gastos, y lo achaca a las dificultades en la contratación y a la “sobrelegislación” en un mercado cada vez más global. “Con este modelo es lógico que más del 90% de las compañías en España sean microempresas y pymes, y que muy pocas puedan llegar a ser grandes”.
Lejos de que ningún proyecto debería abandonarse por la elevada presión fiscal, los expertos creen que reducir los tributos, e incluso eliminarlos hasta alcanzar un mínimo de facturación, tendría resultados muy significativos en el desarrollo de empresas.
Arrojar la toalla no está permitido. Aunque algunos emprendedores se rinden debido a los altos niveles de burocracia, Sanz se muestra convencido de que el principal freno es la poca confianza en la viabilidad del negocio. Y relata que si un emprendedor deserta la idea de crear su empresa, de llevar su sueño adelante, y renuncia sólo por los trámites legales, es que no tiene uno de los requisitos imprescindibles: la capacidad de resolver los continuos desafíos de forma ágil y efectiva.
El director del Área de Emprendimiento de Startup-UCM considera que la clave para dar los primeros pasos y conseguir confianza en un negocio es comprobar si es factible mediante la generación de experimentos, integrando a los clientes en el proceso de creación de valor, lo que se denomina Lean Management. Con la actual tasa de paro y el sobredimensionamiento de plantillas en la mayoría de las grandes empresas, “las fábricas de empleo para los próximos años serán las pymes. Estimular el emprendimiento es fomentarlo, ya que más del 60% de los puestos de trabajo vienen generados por las pymes”, apostilla.
Los autónomos son uno de los principales motores de la economía española y, quizás, no reciben el trato que merecen. Márquez arremete contra la exigencia de pagar cuotas mensuales a la Seguridad Social cercanas a los 300 euros, además del IVA y de otros impuestos, en etapas incipientes. Por ello, sugiere que deberían crecer de forma progresiva, al compás del negocio. Reconoce que se ha avanzado en la buena dirección, como demuestra la implantación de cuotas reducidas para los primeros autónomos, pero señala que, en ocasiones, estas ventajas fiscales se agotan antes de que el proyecto despegue. Y es que cumplir con el erario público en función de la facturación reduciría la resistencia de algunas personas a apostar por el autoempleo. En este sentido, si se pudiera facturar legalmente pagando impuestos acordes con las ganancias, disminuirían los pagos en B, una de las lacras de la economía española.
Trámites farragosos
A la hora de constituir una empresa, “la normativa española requiere más trámites que la de otros países”. Judith Saladrigas, abogada del área de Innovación y Emprendimiento de Rousaud Costas Duran (RCD), explica que, para facilitar las gestiones a los emprendedores, realizan un asesoramiento preventivo, que implica tratar con los notarios y registradores que vayan a intervenir en la autorización o calificación del contenido jurídico de los documentos, para adecuarlos a las exigencias demandadas y que todas las actuaciones puedan realizarse de la forma más dinámica posible. “Resulta especialmente relevante si la actividad está sujeta a una regulación específica que necesite una determinada sincronización”, sostiene.
Los impulsos al emprendimiento no son suficientes. Saladrigas considera que en el ámbito fiscal y laboral existe margen para reformas de mayor calado y que es necesario que nuestro régimen jurídico incorpore ventajas que impacten en las distintas fases de constitución, consolidación y expansión de los proyectos. Además de medidas para reducir la tributación de los impuestos directos e incentivos que ayuden a captar inversores y talento, la abogada piensa que habría que incluir mejoras eficientes que, aunque disminuyan la capacidad recaudatoria, sirvan para desarrollar el ecosistema emprendedor y contribuir a generar riqueza y nuevos puestos de trabajo.
Foto: andres.moreno