El confinamiento generado por la pandemia no solo fue un escenario perfecto para el crecimiento del comercio electrónico en América Latina, también para el surgimiento de subcategorías del mismo como es el caso del quick commerce.
Pero comencemos por lo básico, que es el ¿quick commerce?
Su nombre lo dice todo, se trata de un tipo de comercio electrónico que se destaca por su rapidez de entrega, entre 10 a 30 minutos, y moviendo pequeñas cantidades de productos.
Su facilidad de uso y conveniencia ha hecho que este modelo crezca rápidamente pasando de una participación total del 7% del comercio electrónico, en 2021, hasta una proyección del 13% en 2025.
Dicho potencial no solo ha generado una ola de cambios y retos en los procesos de entrega, también ha generado transformaciones de logística pasando de las grandes bodegas tradicionales, a los micro almacenes (dark stores) y las alianzas con negocios locales.
Productos y plataformas de domicilios
Al analizar este modelo es imposible no hacer comparaciones con los sistemas de distribución de comida rápida y las plataformas de domicilios. De hecho, algunas plataformas de domicilios de América Latina han sido los principales impulsores de este modelo en la región.
Otro punto a resaltar es el tipo de productos de este modelo. Al usar micro locales el portafolio de artículos suele ser más reducido y responder a la rotación y preferencias de los consumidores.
En otras palabras, no todos los productos tienden a necesitar este grado de inmediatez y es allí donde deben enfocarse las empresas. Y es que los beneficios del quick commerce (Q commerce) no son solo para los consumidores, también permiten mejorar los márgenes de ganancias de las empresas.
Según Deloitte, durante la pandemia 50% de los consumidores pagó un sobrecosto para obtener de manera más rápida y eficiente los productos que necesitaba. Además, al tener una selección de productos más reducidos se hace posible impulsar los que generen más ganancias.
Resumiendo, el crecimiento del quick commerce no solo se debió a la coyuntura sanitaria, también lo hizo por sus propios méritos al apuntarle a un elemento estratégico de todos los negocios de la actualidad: ofrecer una mejor experiencia del cliente.
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